La Xunta contará el año que viene con 266 millones de euros más de presupuesto que este ejercicio, agotando el techo de gasto de 9.487 millones. Sus previsiones, sin embargo, varían respecto a la hoja de ruta de julio y estima que la economía gallega crecerá un 2,5%, dos décimas menos que la proyección inicial. Una ralentización que vinculó directamente con la crisis política de Cataluña y sus "posibles efectos adversos", en palabras del conselleiro de Facenda, Valeriano Martínez. El producto interior bruto gallego superará los 60.000 millones el año próximo, por lo que esa inestabilidad política supondrá alrededor de 120 millones menos para su economía.

El Consello del Gobierno gallego aprobó ayer el proyecto de presupuestos autonómico para cumplir la legislación y entregarlo a la Cámara hoy. Sus grandes cifras fueron adelantadas cuando se validó el techo de gasto a finales de julio, que se agotará en el tercer ejercicio consecutivo en que las cuentas gallegas crecen, tras un período de recortes constantes desde que en el año 2009 el PP desalojó al bipartito de San Caetano.

El gasto autonómico subirá un 2,9%, aunque la capacidad real de gasto será superior a los 266 millones gracias a los 65 millones en que se reducirán los intereses de la deuda, que se comerán 170 millones: tendrá 331 millones más para dedicar a capítulos de gasto efectivo, al margen de deuda. La previsión oficial establece que se crearán 17.500 puestos de trabajo a tiempo completo y la tasa de paro rondará el 14,2%. El objetivo de la Xunta es situarse en el 10% en 2020.

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, destacó que se mantendrán todas las rebajas fiscales en vigor y se aplicarán las que adelantó en el Debate sobre el Estado de la Autonomía, vinculadas a las inversiones en el rural, los cascos históricos y el suelo industrial público. Insistió en que el gasto social crecerá 331 millones y la inversión alcanzará los 1.570 millones. "Crecen un 6,6% las inversiones. Esa es una de las grandes noticias de estos presupuestos", explicó Feijóo en la rueda de prensa posterior a la reunión de su Ejecutivo.

La inestabilidad política estatal, sin embargo, condicionará la entrada en vigor de los presupuestos. El Gobierno central del popular Mariano Rajoy carece de apoyos suficientes para aprobar las cuentas estatales, tras el portazo del PNV en respuesta a su gestión de la crisis catalana. Sin ellas, el resto de administraciones no puede subir sueldos a sus empleados y las convocatorias de oposiciones deben ceñirse al marco actual.

Feijóo y Martínez reconocieron que reservan una partida para el incremento del 2% en los salarios de los más de 87.000 trabajadores que tiene en nómina. "Estaremos preparados [para subirles el sueldo] si tenemos autorización", matizó el primero. Por su parte, el responsable de Facenda recordó que pretenden lanzar una oferta de 14.700 plazas, pero no concretó cuántas se habilitarán el año que viene. Dependerá, dijo, de la negociación con los sindicatos.

El gasto social crecerá 202 millones hasta alcanzar los 7.118 millones, incluyendo en este apartado los salarios del personal de sanidad, educación y política social. La primera recibirá 3.858 millones, la segunda, 2.279; y la tercera, 735.

De nuevo, la renta de inclusión social batirá un récord presupuestario, superando los 62,5 millones e ilustrando la bolsa de ciudadanos a los que no ha llegado la recuperación. Mejorar su calidad de vida fue señalado por Feijóo como objetivo de la política de su Ejecutivo.