El crecimiento económico iniciado a mediados de 2014 superó el 3% el año pasado y se prevé que lo haga también este, mientras que en 2018 la Xunta calcula que se situará en el 2,5%. Gracias a ese comportamiento, la recaudación impositiva ganará así 73 millones hasta situarse en 5.731,2 millones, a pesar de las nuevas rebajas fiscales que se aplicarán.

La distribución de ese aumento, sin embargo, muestra una menor presión vinculada a la renta de cada ciudadano. Los impuestos directos aportarán 59,7 millones menos a las arcas autonómicas que lo previsto para este año y sumarán 2.275,3. Sin embargo, los indirectos, aplicados sin tener en cuenta la situación económica de cada individuo, crecerán en 132,5 hasta los 3.456,2, de acuerdo con la hoja de ruta económica de la Xunta.

Las aportaciones estatales constituyen el tronco principal de las cuentas gallegas. Recibirá la comunidad 7.412 millones el año próximo, 379 más que este ejercicio, lo que supone un aumento del 5,4%. En el año 2014, la cantidad aportada por el Gobierno central descendió en 171 millones y apenas superó los 6.000.

En este terreno, la crisis catalana también afectará a la economía autonómica. El Gobierno central la legislatura pasada la revisión del sistema de financiación, debate que ha vuelto a frenarse por la crisis catalana. Feijóo ya anunció que no aceptaría perder recursos y pidió adaptar el sistema a las peculiaridades gallegas.