Más de ocho años después del estallido de la burbuja inmobiliaria, el sector de la construcción en Galicia apenas saca sus excavadoras y palas para la ejecución de proyectos en la comunidad. La crisis del ladrillo, que obligó a más de 6.000 constructoras en la comunidad a echar el cierre y engulló a casi la mitad de la plantilla, todavía hoy pasa factura a los empresarios del sector, tal y como reflejan los datos de licitación de obra pública de la Federación Gallega de la Construcción: el desplome supera el 50% respecto al año pasado y supone el peor balance para la comunidad desde que hay registros (376,8 millones de licitación entre enero y septiembre). Este tijeretazo de las administraciones ha obligado a cada vez más compañías a hacer las maletas. Si en época de bonanza, tan solo una de cada veinte optaba a concursos fuera de Galicia, en la actualidad, según apuntan desde el sector, ya son más del 40% las que buscan contratos en otras comunidades y en el extranjero.

En Galicia se tardó uno o dos años más en notar los efectos de la crisis, pero ahora en la recuperación se tardará tres o cuatro más que el resto de comunidades. "No hay mucha obra pública aquí y tampoco privada, ante este panorama a las empresas no les ha quedado otra que buscar proyectos fuera de Galicia", lamenta el expresidente de la Federación Gallega de la Construcción y responsable de la patronal en Ourense, Eligio Nieto.

Los datos hablan por sí solos. La licitación de obra pública en la comunidad registra mínimos históricos -es casi un 80% menos del volumen de negocio logrado por las constructoras gallegas el año pasado en contratos en el extranjero- y la construcción de viviendas es 46 veces inferior a hace una década.

Tras un 2016 en el que las administraciones volvieron a abrir el grifo de las inversiones, las licitaciones en Galicia han tocado fondo: apenas 377 millones de euros en proyectos sacados a concurso entre enero y septiembre frene a los casi 816 millones del mismo periodo del año pasado. Detrás de este desplome de los concursos de obra pública en la comunidad está el recorte del Gobierno central. Hasta un 82% redujo sus inversiones en Galicia en los primeros nueve meses de 2017, al pasar de los más de 480 millones del ejercicio pasado a apenas 86,5 millones de este. La mayor caída procede del Ministerio de Fomento (-97%, que pasó de una inversión de más de 288 millones a tan solo 7,8) y de Adif (con un recorte del 94%, al reducir de 24,3 millones las partidas de obra pública en Galicia a 1,4).

En el caso de la Xunta, la inyección de fondos a obra pública entre enero y septiembre se redujo un 20,44% (de 148 millones pasó a 117,8) y el recorte de los ayuntamientos superó el 15% (casi 109 millones frente a los 128,9 del ejercicio pasado). Las diputaciones fueron la única administración en la comunidad que aumentaron las licitaciones (+23%), con un proyectos con una inversión total que ronda los 43,4 millones.

Este año vuelve a ser la administración autonómica la que reserva más partidas a obra pública frente al primer puesto ocupado durante los últimos años por el Estado debido a las obras del AVE. Las licitaciones de la Xunta suponen el 31% de la tarta de obra pública en Galicia, seguidas de las sacadas a concurso por los concellos (casi un 29%). Las obras del Gobierno central apenas suponen el 23% del total en la comunidad, mientras que las licitaciones de las diputaciones representan el 11,5% y las de las universidades, poco más de un 5%.

Pontevedra es la excepción en el mapa de licitación de obra pública en Galicia, ya que es la única que experimentó un crecimiento respecto al año pasado (+7,8%). A la cabeza del desplome de licitaciones en la comunidad, se coloca Lugo (con una caída de casi el 71%), seguida de A Coruña (-62%) y, finalmente, Ourense (-50,4%).

Con este panorama, son cada vez las constructoras gallegas que buscan meter un bocado a la tarta pública en otras comunidades autónomas e incluso a proyectos en el extranjero. El balance de obras en el exterior de 2016 deja cifras récord para las firmas del ladrillo gallegas, con más de 650 millones en 23 contratos fuera de España. Este volumen de negocio en el extranjero supera es casi cinco veces más que los 44,8 millones logrados un año antes y está muy por encima del máximo alcanzado en ejercicios anteriores (un total de 105,6 millones en 2014).

En torno al 80% de los contratos logrados por las empresas gallegas en el extranjero son de obra pública y el 20% restante de promoción. Chile, Colombia, Pananá y República Dominicana están entre los mercados internacionales donde más licitaciones han conseguido las constructoras de la comunidad.

En los últimos años, Portugal también se ha convertido en un mercado atractivo para las empresas gallegas. Por la proximidad y los precios más bajos, constructoras de la comunidad han apostado por abrir también una sede en el país vecino. Más reciente es el aterrizaje de compañías del ladrillo gallegas en África, donde se han hecho con licitaciones en Mozambique, Angola, Marruecos, Senegal, Kenia, Namibia o Costa de Marfil.