Si quiere contribuir a la regeneración del monte gallego, no lo pise. Esa es la petición que lanzan desde la Concejalía de Medio Ambiente del Concello de Vigo, que ayer por la mañana inició las labores de recuperación. Lo hizo en la ladera suroeste del monte Alba. Con la colaboración de 60 personas del voluntariado de este departamento y la Comunidad de Montes de Valladares repartieron paja para frenar la erosión y la pérdida de nutrientes del suelo. Los trabajos continuarán por el resto de terrenos afectados de forma consensuada con los comuneros. La Administración ya ha adquirido casi 17 toneladas para repartir sobre el suelo desnudo.

Los 16.700 kilos de estas cañas secas se trasladaron el viernes desde Vigo Zoo a Coruxo, donde se almacenará. Con tractores, se desplazaron ayer por la mañana al monte Alba las balas, de 400 kilos cada una. La paja por la que se ha optado es la que sirve de cama para los animales en el zoo, larga y sin semilla. Se coloca, principalmente, sobre las zonas de mayor pendiente, por la que el agua de la lluvia desciende con más velocidad, para evitar el arrastre de minerales y nutrientes. Tal y como explica la concejala de Medio Ambiente, Chus Lago, que ayer supervisó las labores, también se realizarán empalizadas con tronos y ramas para contener y corregir el curso del agua cuando llueva.

La edil agradece que numerosos colectivos y ciudadanos se hayan ofrecido para contribuir en estas tareas e informa que se pondrán en contacto con ellos en la medida en que vayan necesitando más mano de obra. Para empezar, han tirado de gente experimentada del voluntariado medioambiental del Concello. Por el momento, asesorada por biólogos y técnicos de este departamento, Lago está evaluando cómo está el monte, qué acciones requiere y cómo coordinarlas. De hecho, destaca que el terreno aún se está enfriando y hay algunas zonas que aún humean.

Los biólogos del programa Camiño a Camiño -que, a partir de esta semana, suspenden las actividades programadas- están repartiendo comedores con pienso de calidad, tras comprobar un desplazamiento de las aves a zonas más verdes. Cuentan con 400 kilos. Lago advierte de que se deje en manos de expertos la alimentación de los animales en libertad, pues hay que controlar cuestiones como su retirada, para que no se acostumbren.

Desde el primer momento, están documentando lo que hallan en el monte y sus trabajos, para que los expertos que así lo deseen puedan analizarlo después y sacar algo bueno de esta catástrofe: lecciones para un futuro.

En Galicia ardieron 35.500 hectáreas durante la ola de incendios del pasado fin de semana. Pero la única persona en prisión provisional es Miguel Ángel M.N., vecino de Vigo al que se le atribuye un fuego originado por una imprudencia en Os Blancos (Ourense), donde tiene una casa, y que solo afectó a una hectárea. Él mismo dijo a preguntas de los periodistas en su traslado al juzgado que ocurrió cuando asaba unos chorizos. Ayer, 21 colectivos ecologistas emitieron un comunicado en defensa de este hombre de 55 años.

Preocupados, creen que es un "chivo expiatorio". "No sabemos lo que ocurrió en este caso, pero Miguel no es un delincuente y menos aún un peligro potencial para tenerlo privado de libertad", afirman. De este funcionario judicial y aficionado a escribir poesía destacan su "compromiso con la naturaleza". Y sobre lo ocurrido el domingo, afirman que una vez apagado el incendio que solo afectó a una hectárea y en cuya extinción ayudó, fue a la Guardia Civil de la localidad para informar de lo ocurrido.