El Ejecutivo central ultima la declaración de zona afectada por emergencia de protección civil en los concellos dañados por la ola de incendios. El delegado del Gobierno, Santiago Villanueva, lo confirmó ayer tras una reunión con representantes de la Xunta, las diputaciones y la Federación Galega de Municipios e Provincias (Fegamp). Diez concellos ya han declarado que pedirán la declaración de zona catastrófica para poder optar a ayudas.

Villanueva anunció que está ya abierta una línea de ayudas para particulares e industrias afectados así como para ciudadanos que hayan colaborado en la extinción de los fuegos. Estas ayudas, que se regulan por un real decreto y es compatible con las de otras administraciones, incluyen también los gastos que hayan realizado las corporaciones municipales durante la situación de emergencia.

El decreto determina que las indemnizaciones en caso de persona fallecida tan solo se darán si los beneficiarios dependían económicamente de la víctima y ascenderán a 17.150 euros.

Por la pérdida de la vivienda habitual se recibirá una cuantía máxima de 12.600 euros, mientras que las reparaciones cubrirán el 50% de los daños con cantidades tope según si esté afectada o no la estructura de la casa.

Estas subvenciones se podrán complementar con las que aprobó la Xunta el día 19 y para las que la titular de Medio Rural, Ángeles Vázquez, espera que "en muy pocos días" se habiliten las órdenes de ayudas. El vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda, pidió "la implicación de todas" las administraciones, en particular de las diputaciones, para poder cubrir "el 100% de las ayudas entre todos" y de forma que solo tenga que haber una petición por parte de los afectados.

Las diputaciones socialistas de A Coruña, Pontevedra y Lugo reclamaron además la creación de un mando único ante situaciones de emergencia. En representación de las tres instituciones, la presidenta del organismo provincial de Pontevedra, Carmela Silva, incidió en que los alcaldes "no tienen autoridad para poner en marcha medidas" ante sucesos de este tipo y, por tanto, es necesario que tengan "un teléfono al que dirigirse" cuando se produzca "una catástrofe". Además, reclamó implantar "un nuevo sistema de alarma". "Está claro -sentenció- que el 112 se colapsó" durante los incendios del 15 de octubre.