Ni mafias ni terrorismo incendiario. Una semana después de la ola de fuegos que calcinó más de 35.000 hectáreas en Galicia y que llevó a la Fiscalía Superior de Galicia a abrir una investigación de oficio para determinar si hubo una "planificación coordinada", el fiscal de Medio Ambiente, Álvaro García-Ortiz, se desmarca de la teoría defendida por la Xunta durante los últimos días: una trama detrás de los casi 280 focos que se sucedieron en solo tres días. Las primeras investigaciones, según avanzó ayer García-Ortiz en una entrevista a la Cadena SER, descartan la existencia de grupos organizados y no revelan una conexión entre los distintos focos: "Con lo que tenemos no podemos conectar ninguno de los incendios que estamos investigando".

El fiscal delegado de Medio Ambiente en Galicia es tajante: "No tenemos datos para entender que haya organización o un concierto de personas para provocar en sí mismo daño o mal de una manera directa". Aunque reiteró que todavía es pronto para extraer unas conclusiones, ya que la investigación de incendios es "muy laboriosa" y "muy complicada", llamó a "descartar algunos imaginarios" que circulan cuando se producen varios fuegos. Como la madera o la recalificación urbanística de los predios porque -asegura- son "algunas circunstancias que están básicamente ya superadas" en esta sociedad que se enfrenta a "otro tipo de problemática". En una reciente entrevista a este periódico, García-Ortiz aludía a los factores de riesgo que permitirían reducir los incendios en la comunidad. Entre ellos, citaba los vertederos o la maleza en áreas recreativas. Para el fiscal de Medio Ambiente, es labor de la sociedad y de la Administración erradicar la cultura del fuego en comunidades como la gallega.

Prevención frente a represión

"Nosotros vemos desde la Fiscalía el gravísimo problema de los incendios como una causación de riesgos. Desde nuestro trabajo tratamos de minimizar la cantidad de factores de riesgo que pueden influir en la producción de un incendio y ahí tenemos que atacar todas las posibilidades desde las imprudencias hasta los incendiarios, que sin duda también los hay y que debemos perseguir", reiteró ayer.

"La represión penal no es el instrumento para acabar con los fuegos; tiene que ir acompañada de prevención y otros muchos factores", defendía García en declaraciones a este diario. La lista incluye educación, prevención, uso y ordenación del territorio, valorización, investigación y tratamiento de los implicados en estos delitos.

Las investigaciones de años atrás y la propia experiencia de la Fiscalía tras la ola de incendios de 2006 revelan, según reiteró ayer, que el "fenómeno" de los fuegos en la comunidad tiene un carácter "individual, casi puntual" al que se suma una serie de factores que se combinan y provocan una ola de incendios como la de mediados de octubre.

Aunque ni las distintas investigaciones policiales ni de Fiscalía han demostrado durante los últimos años coordinación o existencia de tramas organizadas, la Xunta equiparó los incendios de este mes con el terrorismo y no descartó la posibilidad de que como tal delito sea juzgado por la Audiencia Nacional.

Sobre este "terrorismo incendiario" acuñado por el Ejecutivo de Feijóo, el fiscal de Medio Ambiente lo atribuyó a una posible intención de "magnificar un suceso colocando la palabra terrorismo". Ante estos términos, García-Ortiz quiso diferenciar lo que en realidad puede ser un fenómeno terrorista o el terrorismo en el código penal, ya que -quiso dejar claro- son "cuestiones bastante diferentes".

De momento no se puede desvelar ninguna de las investigaciones en marcha pero esto -según destacó García-Ortiz- ya es un "pequeño indicio" de lo que está ocurriendo". "Vamos paso a paso y con cada uno de los incendios y cada fuente de las posibles fuentes de prueba", concluyó

En todo caso, el fiscal garantiza que la investigación pretende dar a la sociedad una explicación de lo ocurrido, completar todos los estudios que la Fiscalía lleva realizando durante todos estos años para buscar culpables, causas y motivaciones enfocando hacia el lugar adecuado.

En cuanto a la dificultad de la investigación, reconoce que es muy complicado conocer si hubo en cada fuego una motivación instrumental, un deseo de hacer daño o si se debió a una imprudencia o un uso negligente del fuego.