Ya han transcurrido diez días desde que la ola de incendios en el sur de Galicia arrasó más de 35.000 hectáreas de monte, se cobró la vida de cuatros personas y trastocó la vida de otras miles. Desde entonces, los testimonios de quienes lo perdieron todo entre las llamas se suceden y cada día se conoce una nueva historia que da cuenta de la tensión y el horror vivido.

La parroquia de Chandebrito, en Nigrán, y el concello de As Neves fueron dos de los escenarios en los que el fuego demostró su voracidad. Precisamente, en este término municipal ocurrió la última de las historias que, gracias a la intervención de la Policía Autonómica, no terminó en tragedia.

El día 15, domingo negro de la ola de fuegos, los agentes rescataron a cinco niños, uno de ellos con movilidad reducida y respiración asistida, que junto a una anciana se resguardaban en una vivienda que empezaba a arder en la parroquia de Ribadeteira. La intervención de los policías, además, se produjo cuando los cinco menores y la mujer presentaba síntomas de asfixia por humo. El rescate al límite en As Neves no ha sido el único que ha trascendido en uno de los concellos más afectados por las llamas. En Pesqueiras, otra parroquia del municipio, se obró el milagro gracias a la intervención de decenas de personas, en su mayoría jóvenes, que acudieron a extinguir el fuego y que evitó que las casas de la aldea ardiesen.

As Neves, con más de 5.000 hectáreas quemadas, ha sido uno de los municipios más tocados por el fuego de este mes de octubre.