Casi la mitad de Galicia vuelve a estar en riesgo de incendio. La subida de las temperaturas durante esta semana, con máximas que se moverán entre los 24 y los 30 grados, supone una nueva amenaza para los montes de la comunidad, devastados hace diez días por una ola de fuegos que calcinó más de 35.000 hectáreas. Ante la subida del mercurio y el déficit hídrico que arrastra Galiciadéficit hídrico desde hace cinco estaciones, la Xunta se ha visto obligada a prorrogar el dispositivo antiincendios hasta el próximo 12 de noviembre, un operativo que ya había ampliado este mes de octubre por el tiempo atípico de este mes, más propio de verano.

Mientras la conselleira de Medio Rural, Ángeles Vázquez, anunciaba la ampliación del servicio de extinción durante una visita para supervisar -junto a la titular do Mar, Rosa Quintana- los controles en las rías de Vigo, Pontevedra y Arousa; brigadistas de Seaga daban una rueda de prensa en Santiago advirtiendo de la situación en la que se quedaría la comunidad a finales de mes, con 1.000 trabajadores que finalizaban el contrato ante una previsión de "alto riesgo" de incendios: 500 de la empresa pública de extinción y 436 de personal laboral del servicio de la Xunta. El delegado sindical de Seaga en A Coruña, Peter Brea, denunciaba que "si el viento viene" habría "otra desgracia".

En la misma línea, el presidente del comité de empresa en Lugo, Héctor López, lamentó que Medio Rural tenga que estar "siempre pendiente del tiempo" para actuar "en vez de montar un dispositivo que dure todo el año".

Una vez más, los comités de Seaga, señalaron al responsable de Ordenación Forestal de la Xunta, Tomás Fernández-Couto, como "el problema". La política forestal, advierten, es un "fiasco" en Galicia por su responsabilidad, por los que volvieron a exigir su dimisión. "Su marcha es la clave para el cambio de la política forestal", sentencian.Arrastre de cenizas

Arrastre de cenizasDiez días después de la ola de incendios, uno de los principales temores es el arrastre de las cenizas de los montes quemados hacia los cursos fluviales, una situación que podría contaminar los ríos, acuíferos y llegar al mar.

Durante una visita a los bancos marisqueros en Ventosela, en Redondela, la conselleira del Mar reveló que por el momento no se ha detectado vertido alguno de tierras o ceniza en las rías gallegas, y tampoco desde Augas de Galicia han constatado problemas en los ríos. Desde el pasado día 16, según recordó, permanece activado el Plan Territorial de Contaminación Marina Accidental en su fase de alerta para prevenir daños en los bancos marisqueros a consecuencia del arrastre de materiales.

En estos momentos, los técnicos del Centro de Investigación Forestal de Lourizán están realizando una evaluación, mediante la recogida manual de muestras, del nivel de afección y severidad en puntos concretos del monte arrasado por los fuegos. "Solo en los casos más extremos", según apuntó la investigadora Cristina Fernández, será necesario actuar ya que hay que ver la capacidad de regeneración de la vegetación. La conselleira de Medio Rural insistió en que si no se actúa "con sensatez" y con el asesoramiento de los técnicos, las actuaciones pueden ser contraproducentes.