Estudio de los accidentes de tráfico, identificación de los puntos negros y plan de actuación para "intentar acabar con ellos". Esa es la hoja de ruta con la que trabajará la Xunta para garantizar la seguridad vial en las carreteras de titularidad autonómicas. El Gobierno gallego aportó ayer las cifras para conseguir este objetivo: un tottal de 98 actuaciones hasta 2020 en 52 puntos negros con una inversión de 12,3 millones de euros, según explicó el jefe del Ejecutivo autonómico, Alberto Núñez Feijóo, tras las reunión semanal del Consello de la Xunta.

¿Dónde actuarán? En los tramos de un kilómetro donde se registraron diez o más siniestros en los últimos cinco años. Con estas características, la Xunta ha identificado un total de 52 puntos negros. Una vez analizada la tipología de cada siniestro, se llevarán a cabo diferentes actuaciones sobre esos tramos y también sobre su entorno más próximo.

La estrategia en materia de seguridad viaria recoge medidas para lograr una reducción de la velocidad al paso por zonas de población y la reordenación de accesos, agrupándolos mediante vías de servicio y, sobre todo, vigilando los movimientos de giro a la izquierda e impidiéndolos donde no sean seguros, además de habilitar alternativas de cambio de sentido para "mantener la funcionalidad".

La construcción de rotondas también se considera una opción eficaz en intersecciones en las que las vías confluyentes tienen tráficos parecidos y en las que se comprobó la ineficacia de otras soluciones. La estrategia también hace especial hincapié en otras actuaciones a ejecutar como las consistentes en la mejora de la señalización horizontal y vertical, balizamiento y también recoge el tratamiento de los márgenes y barreras de seguridad.