El alcalde de Vigo, Abel Caballero, ha alertado de que solo queda agua para abastecer la ciudad durante 100 días. Por ello ha solicitado a Augas de Galicia que se permita reducir al mínimo el caudal que las presas de Eiras y Zamáns vierten al río para ahorrar más agua. En el caso de Eiras, que abastece al 91% de Vigo pero también a Redondela, Cangas, Moaña, Soutomaior, Porriño, Gondomar, Mos, Nigrán o Salceda, su aliviadero vierte ahora 380 litros por segundo. El Concello ha pedido que se rebaje a 150. En el caso de Zamáns podría quedarse en solo 5 de los 15 litros por segundo que expulsa normalmente.

Todos los expertos consultados descartan este planteamiento. Para Salvador Martín, de Ecologistas en Acción, la opción planteada por Abel Caballero es "una barbaridad". "Es un daño tan grande el que se hace al río que tardaría años en recuperarse", asegura.

"A la hora de gestionar el agua existen unas prioridades de uso. La primera es el consumo de agua y la segunda es el caudal ecológico, que hace referencia al agua que es necesaria para garantizar la supervivencia del cauce de los ríos. Abastecimiento de agua todavía hay. Así que tiene que suministrarse agua para que el ecosistema de los ríos funcione", avisa Fernando Cobo, profesor de Zoología y Antropología Física de la Universidade de Santiago.

"Todo lo que suponga reducir el caudal de los ríos va a tener un impacto y no va a ser positivo. Y con la situación actual en muchos ríos, si se reduce el caudal para mantener el nivel de los embalses casi supondrá dejar a cero ese río", explica Alejandro Álvarez, presidente de Acefga.

Virginia Rodríguez, de Adega, también está "totalmente en contra" de esta medida. "Está claro que hay que abastecer de agua a la población, pero rebajar el cauce de los ríos es la última opción. Antes hay que trabajar en las fugas de agua o en evitar el despilfarro que hay en las ciudades", reconoce.