La declaración del exjefe de Seguridad en la Circulación de Adif Andrés Cortabitarte en verano ante el juez del caso Alvia derivando responsabilidades a Renfe y a la empresa de ingeniería Ineco amplió la lista de investigados por el accidente de Angrois de julio de 2013 que provocó la muerte de 80 personas y dejó más de 140 heridos. El jefe de Seguridad de Renfe, Antonio Lanchares y uno de los técnicos de Ineco comparecieron ayer ante el instructor de la causa y los otros dos peritos imputados están citados para hoy. Si Cortabitarte apuntó en su día a su homólogo en Renfe por tener la misma responsabilidad en la evaluación de riesgo de la línea Ourense-Santiago y de la desconexión del sistema de frenado automático ERTMS en el tramo en el que se produjo el siniestro, Lanchares delegó ayer cualquier responsabilidad en Adif, al que señaló por no comunicarle el peligro.

El alto cargo de Renfe centró su declaración en el aviso sobre la peligrosidad en la curva de A Grandeira que hizo el jefe de maquinistas de Ourense, José Ramón Iglesias Mazaira, en diciembre de 2011, en el mismo mes que se inauguró la línea. En su declaración ante el juez, Mazaira expuso en su día que había informado de ese riesgo porque en ese tramo a pocos kilómetros de la estación de Santiago había que reducir la velocidad de 200 a 80 kilómetros por hora. Aunque esta comunicación se hizo por correo electrónico y consta en un acta de reunión de Renfe, el director de Seguridad de la compañía ferroviaria destacó que Mazaira no utilizó los canales adecuados según el protocolo que existe para "la gestión de anomalías". "Si a mí me hubiese llegado, hubiera dado el aviso a Adif", insistió.

Otro de los motivos por el que el juez Lago Louro decidió llamar a declarar a Lanchares en calidad de investigado fue por solicitar en junio de 2012 a Adif la desconexión el ERTMS, medida que fue autorizada el mismo día por Cortabitarte sin que existiese, según el magistrado, una evaluación previa del riesgo que podría representar para la seguridad de circulación ese cambio. En sus respuestas a las preguntas del juez, la Fiscalía y de su abogado, Lanchares alega que la desconexión se pidió a la Dirección de Seguridad de Circulación de Adif por "fallos de interferencias". Aunque la autorización de la desconexión se hizo por un mes, un año después cuando se produjo el descarrilamiento del Alvia seguía sin estar instalado. En este sentido, varios peritos que ya declararon en el juicio coincidieron en que su presencia podría haber cambiado las cosas, al llamar la atención del maquinista con una señal sonora, al mismo tiempo que el propio convoy reduciría de forma automática la velocidad. Pero el director de Seguridad de Renfe descarta que esta medida influyese en el accidente porque, en su opinión, el antiguo ASFA es "más seguro que un ERTMS degradado".

Denuncia de las víctimas

El portavoz de la plataforma de las víctimas, Jesús Domínguez acusó al alto cargo de mentir porque "ese tren nunca fue con ASFA" y aluden a que así lo recoge el informe del perito independiente César Mariñas. Añade que además se trata de "un ASFA mal configurado sin baliza programada". De hecho, tras el accidente del Alvia se instaló en la curva de Angrois una baliza para evitar excesos de velocidad en lugares que requieran frenazos bruscos.

Lanchares accedió al edificio judicial en silencio acompañado de sus abogados y entre gritos de reproches de miembros de la plataforma de víctimas. A su salida volvió a ser increpado por los afectados, que le exigen que presente su dimisión "de manera irrevocable". A diferencia de Cortabitarte, que dejó la Dirección de Seguridad de Adif poco antes del siniestro y ahora está reubicado en otra subdirección, Lanchares sigue en su puesto al frente del departamento de seguridad de Renfe. Aunque trasladó a la empresa pública su intención de dejar el cargo una vez que conoció su imputación, reconsideró su decisión hace dos semanas debido al apoyo recibido por la dirección de la operadora.

Con estas nuevas citaciones la lista de investigados en el caso AlviaLa causa se cerró a finales de 2015 con el conductor Francisco Garzón como único imputado. Su reapertura en mayo del año pasado por la Audiencia provincial de A Coruña para determinar el riesgo en la curva de A Grandeira llevó a citar como investigado a Andrés Cortabitarte, director de seguridad en la circulación de Adif. Y a raíz de su comparecencia en la que delegaba responsabilidades en el análisis de peligrosidad del tramo de Angrois a Renfe e Ineco, el magistrado decidió llamar a declarar también como investigados a Lanchares y a tres técnicos de la consultora pública.