La estructura de la propiedad de los montes en Galicia sale a relucir cada vez que se producen incendios. La mayoría de los expertos coinciden en que el minifundismo, el abandono y las tierras sin dueño conocido son tres lastres a la hora de abordar las políticas de prevención, pero también las de extinción y regeneración de los terrenos quemados. Entre la batería de propuestas que el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, presentó la semana pasada en el Parlamento sobresalía una iniciativa. El Gobierno gallego incorporará al Banco de Terras los montes de propietario desconocido, ilocalizable o fallecido para ponerlos a disposición de cualquiera que quiera alquilarlos. Se calcula que en Galicia hay unas 300.000 fincas forestales en esta situación y, actualmente, en el Banco de Terras hay integradas 12.176 parcelas.

La intención de Medio Rural es reducir el número de montes sin limpiar y, al mismo tiempo, darles la opción de que sean explotados por algún arrendatario interesado, ya que podrán ser trabajados mientras se inicia una investigación para dar con su dueño. Pero, ¿hay interés en alquilar las fincas de las dispone el Banco de Terras? Los números dicen que solo el 28,5% de las parcelas están alquiladas o en proceso de arrendamiento. El Banco de Terras fue creado en 2009 con el objetivo de frenar el abandono de tierras de uso agrario. Desde entonces ha conseguido integrar 12.176 fincas que suman 5.826 hectáreas. Por lo que, en su mayoría, son parcelas de pequeño tamaño, de 0,5 hectáreas de media. Del total, solo un 10%, 1.221 están ya alquiladas, mientras que 2.246 están en proceso de arrendamiento. Si restamos las 2.532 que no se pueden poner en alquiler, quedan la mitad del total, 6.177 todavía disponibles. Sin embargo, el tercio de tierras ya en uso o en proceso de alquiler representan el 59,5% de las hectáreas que tiene disponible el banco. De nuevo, son las pequeñas parcelas las más difíciles de hacer rentables.

Pero no todas las fincas integradas en el Banco de Terras son de particulares que no las usan, sino que la mayoría son de propiedad pública, nueve de cada diez y representan el 80% del total de hectáreas.

Además, de los terrenos forestales abandonados de particulares, la Xunta también se ha fijado en los montes vecinales en man común. Los que no estén cuidados podrán también, siempre con la participación de la comunidad, integrarse en el Banco de Terras. Así, Medio Rural considera que está actuando en "todos los frentes posibles" para dinamizar este tipo de terrenos.

La Consellería dio el domingo por finalizada la temporada de alto riesgos de incendios, que fue prorrogada por los fuegos de octubre.