-Son casi 3.000 las empresas que han cambiado su sede ¿Era algo evidente?

-Desde 2015 hasta el 6 de septiembre de 2017 (aprobación de la ley del referéndum) la situación política y social del Cataluña era de gran tensión. Desde un punto de vista empresarial era una situación de riesgo. Te cubres con un seguro, para entendernos, pero puedes seguir conduciendo. En ese tiempo no hubo salidas de depósitos ni caídas de inversión. Por lo tanto, no es el riesgo o la tensión política lo que afecta al ahorrador o al empresario. El problema es la incertidumbre, la niebla.

-¿Se refiere a que el detonante fue el referéndum del 1 de octubre?

-Sí. El riesgo se convirtió en niebla y eso es nefasto para las empresas. Soy consejero de varias.

-¿Quién reaccionó primero?

-¿Los primeros en reaccionar? Los ahorradores. De lunes a jueves de esa semana las salidas de depósitos fueron enormes. Por eso la primera salida de una sede corporativa fue el Banco Sabadell. Las empresas desplazaron la sede corporativa y la fiscal, en algún caso. No sabían si se iba a poner en marcha una agencia fiscal catalana que obligase a depositar IVA, impuesto de sociedades o IRPF en una institución catalana que no eras capaz de ver.

-¿Habrá retornos?

-Creo que sí. Volverán cuando no haya niebla y vean el camino despejado. No pasó mucho tiempo y sus fábricas y actividad siguen en Cataluña.