Quedan diez días por delante de campaña para los dos candidatos que darán la batalla por el liderazgo del PSOE en la provincia de A Coruña. El presidente de la Diputación reconoce que cada proceso de primarias en el parido genera "cicatrices", pero llama a la "unidad" para que, gane él o la exedil de Santiago Mercedes Rosón el próximo día 17, el PSdeG construya un proyecto en el que la ciudadanía vuelva a confiar y les permita recuperar el gobierno de las ciudades. "Desde la división de igual quién sea el candidato, la ciudadanía no apoyará al PSdeG", sentencia.

-Arranca la campaña, ¿con qué expectativas se enfrenta al proceso de primarias?

-Con la expectativa de ponerme manos a la obra, de recuperar la vitalidad e un partido que necesita lograr la credibilidad ante una sociedad que debe de validar el trabajo hecho estos cuatro años en las próximas municipales.

-¿Qué diferencias hay entre su proyecto y el liderado por Mercedes Rosón?

-En lo sustancial es exactamente igual. El reto principal son las elecciones municipales. Los compañeros necesitan una referencia, un apoyo desde la experiencia en la gestión municipal. Yo parto de una agrupación en la que teníamos un concejal y ahora tenemos once, donde había 12 afilados y hoy ya son 123. Parto de la experiencia de haber estado en la oposición, haber llegado al gobierno sin mayoría absoluta y haberla alcanzado. Y parto además de gobernar una Diputación en coalición. Hay una experiencia que nace desde que uno arranca este proceso y que acaba hoy con un conocimiento exhaustivo de toda la provincia, en la que nunca he tenido capacidad de decisión orgánica y en la que ser presidente de la Diputación y entrar en los ayuntamientos por delante y por detrás, tenerlos totalmente radiografiados, te permite un conocimiento que no ponerlo al servicio del partido sería una irresponsabilidad. Por eso me he decidido a dar el paso.

-Esa experiencia, ese conocimiento de los concellos y la proyección como presidente de la Diputación le coloca como la candidatura fuerte y favorita.

-Favoritos no hay, hay experiencias vitales diferentes. La ecuación sale por dos factores: la experiencia municipal y cómo se ha llegado. Yo parto desde la oposición y con un concejal. Uno sabe que es muy importante que cuando sube las escalares hay que saludar de tal manera que cuando las bajes te saluden a ti. Yo sigo pegando carteles en cada elección. Soy un militante de base que, coyunturalmente, ocupa un cargo público. Mi esfuerzo y mi grano de arena es en todos los campos: afiliando a gente, gobernando, pegando carteles, haciendo campañas? Esa es la mejor fórmula para ayudar al partido. La gente nos vota para que gestionemos su futuro, que es el objetivo final del PSOE. No ganar unas primarias.

-Hay concellos del PSOE que estos días han dicho sentirse presionados en el proceso por las ayudas de la Diputación.

-Me gustaría pedir perdón a la sociedad gallega, en este caso a la coruñesa, en nombre de los compañeros militantes que en medio de este proceso de primarias escuchan cosas que puedan dar a entender que estamos más preocupados de ponernos zancadillas que de mejorar la vida de las personas. El socialismo no es eso. Quien dice eso, sabe que miente. Lo reconoce en privado y reconoce que lo está utilizando para hacer daño a una candidatura. Las primarias hay que ganarlas limpiamente. Sobre eso hay que construir el partido, no sobre acusaciones que son mentira y por quien sabe que la Diputación de A Coruña aprueba sus inversiones a través de un plan único que distribuye los recursos a partir de parámetros absolutamente objetivos. A cualquier alcalde que le pregunte, no solo del PSOE sino de la oposición, no se encontrará a nadie que pueda decir eso.

-Con la vista puesta en las municipales, ¿hay liderazgos sólidos en la provincia?

-Hay banquillo, pero que las direcciones de los partidos en las tres grandes ciudades buscan unión y consenso para afrontar las municipales. Desde la fragmentación y la división da igual quién sea el candidato, no hay posibilidades de que la ciudadanía nos apoye. Esa etapa hay que dejarla atrás de una vez por todas porque un partido que gobernó las ciudades entre 20 y 30 años, la ciudadanía espera como agua de mayo que le hagamos una oferta solvente y desde la unidad.

-Tanto en las primarias de Pontevedra como en Lugo vencieron los candidatos afines a las direcciones provinciales frente a los patrocinados por la ejecutiva gallega. ¿Qué conclusiones saca de estos resultados?

-No renuncio a pensar que la ejecutiva gallega no interfiere en los procesos provinciales. Los compañeros elegidos en Pontevedra y Lugo tienen la obligación absoluta de cooperar 100% con dirección gallega porque todos tenemos el mismo objetivo: obtener un buen resultado en las municipales. Vamos a trabajar codo con codo con el secretario general del PSdeG y con la ejecutiva gallega porque es nuestra obligación. No es una lucha de legitimidades.

-Habla de esa cooperación absoluta con la dirección gallega, pero Caballero se ha propuesto poner fin a las 'baronías' y a los 'virreinatos provinciales'.

-Para que se hable de virreinatos hay que admitir que hay un rey. Un partido como el nuestro tiene militantes, que coyunturalmente gestionan el partido. En cualquier caso son discursos que están en el pasado. Cada uno está legitimado para gestionar el partido en su ámbito: local, provincial, autonómico o federal. Esos discursos hay que superarlos porque hay que conseguir una unidad fuerte para que el PSOE recupere la vitalidad.

-De repetirse estos resultados en A Coruña y Ourense, ¿se corre el riesgo de crear una especie de contrapoder a la ejecutiva autonómica en las direcciones provinciales y ahondar en la confrontación?

-Eso no debe caber en el cálculo de nadie. Al día siguiente toca ponerse al servicio de la ejecutiva gallega defendiendo el programa con el que nos presentamos a unas primarias. Pero teniendo en cuenta que el objetivo es gallego, que hay una dirección autonómica que coordina las cuatro provincias y que establece los criterios y líneas generales. Nosotros tenemos unas competencias y la ejecutiva gallega, otras. Más allá de las competencias, hay un objetivo común, que es que la socialdemocracia gobierne en cada institución en la que estamos representados. Para eso nos ponen los militantes. No solo para ganar primarias sino para gobernar instituciones, es la única manera de cambiar la vida de la gente.