La Xunta ya avisó el pasado septiembre de que el cambio climático había venido para quedarse y que a partir de ahora Galicia sufrirá escasez de precipitaciones, que serán menos frecuentes a lo largo del año y más distanciadas en el tiempo pero mucho más intensas cuando se produzcan. La sequía que sufre la comunidad desde hace más de un año y que mantiene a toda la geografía gallega en alerta desde el pasado lunes, con posibilidad de entrar en situación de emergencia, se agravará también en las próximas décadas con periodos secos más prolongados, días sin lluvias y cálidos más abundantes y olas de calor más frecuentes. Así lo revela el estudio de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) titulado Guía de escenarios regionalizados del cambio climático sobre España, que predice las variaciones en el clima a lo largo del siglo XXI, en concreto desde 2010 a más allá del 2090.

En la Galicia del siglo XXII habrá 30 días menos de lluvia que los actuales, al mismo tiempo que aumentará la duración de los periodos secos al pasar de una media de menos de cinco días a más de 20, lo que supone cuatro veces más que en la actualidad. El estudio alerta de que, por tanto, el hecho de que el tiempo sin lluvias sea más largo aumentaría el riesgo de sequías, situación en la que ya se encuentra la comunidad gallega este año, y podrían repetirse bastante a menudo las imágenes de los embalses y los cauces de los ríos secos.

Los chubascos llegaron esta semana como agua de mayo y mañana se harán notar con más fuerza por los efectos de la borrasca Ana. Desde MeteoGalicia aclaran que esta borrasca traerá a la comunidad "lluvia fuerte y generalizada" con hasta 40 litros por metro cuadrado, pero esta cantidad de agua -avisan- será "insuficiente" para paliar la sequía, que necesita de "lluvia prolongada a lo largo de varios días". Según explican los meteorólogos del organismo dependiente de la Consellería de Medio Ambiente, eso por ahora "no parece que vaya a suceder" porque el temporal "solo permanecerá en activo un día" y el lunes regresará el frío y las precipitaciones volverán a ser intermitentes a medida que avance la semana.

La Galicia verde podría estar en peligro si se cumple el descenso de la probabilidad de lluvias vaticinadas por la Aemet para el fin de este siglo, que en el caso de la geografía gallega pronostican en un 20% menos. Pero serán chubascos más intensos y así la tasa de precipitaciones intensas que se encuentra en torno al 5% cuando termine esta centuria podría superar ya el 20%.

Además de estaciones secas, Galicia vivirá en poco más de ocho décadas inviernos más cálidos y veranos más calurosos debido al aumento de las temperaturas máximas y mínimas. El informe muestra una tendencia crecimiento en las máximas de unos 3,5 grados a finales del siglo XXI en la comunidad gallega, el mismo aumento que se pronostica para las mínimas. Las diferencias serán más acusadas en los meses de verano, para los que se calcula una subida de las máximas de hasta seis grados. Pero en invierno también repuntarán las temperaturas máximas, aunque en menor medida, en concreto en unos dos grados respecto a la actualidad. El porcentaje de días cálidos mantiene un ritmo ascendente y constante en todo el periodo al pasar de tasas de apenas el 5% al 30% y la proporción de noches cálidas crecerá 15 puntos, del 5% al 25%. De la misma forma, la duración de las olas de calor subirá en cinco jornadas hasta 2050 -de cinco a diez- y en el medio siglo siguiente repuntará otros cinco días, por lo que podrán prolongarse más de dos semanas. Por otra parte, habrá 15 días menos de heladas al año.