El declive demográfico gallego se acelera y alcanza un nivel inédito. Por primera vez, las muertes en la comunidad rozan ya el doble de los nacimientos registrados el primer semestre del año. Durante ese periodo, las defunciones se situaron en 16.812 frente a los 8.870 recién nacidos, lo que arroja un salvo vegetativo negativo de 7.942 personas, la peor cifra de toda España. De hecho, Galicia copa casi una cuarta parte del diferencial negativo total -32.132- y presenta la mayor diferencia en este apartado desde que hay registros.

Las cifras provisionales del Instituto Nacional de Estadística (INE) reveladas ayer sitúan a Galicia en el primer puesto de una crisis demográfica que afecta a gran parte de Europa. La baja natalidad y el envejecimiento poblacional constituyen un factor determinante en la estructura de gastos de la administración y la Xunta ya ha solicitado en numerosas ocasiones que el último factor se prime en mayor medida en la nueva financiación autonómica, pues encarece la prestación de los servicios públicos.

El saldo vegetativo negativo de Galicia es el peor de las catorce comunidades en números rojos, cuatro más que en el primer semestre del año pasado. Se sitúa por delante de Castilla y León (-7.906 ciudadanos) y Comunidad Valenciana (-3.935) en una estadística en la que solo Madrid, Murcia y Baleares suman más alumbramientos que muertes, con 5.163, 1.327 y 301 personas de saldo positivo, respectivamente.

En conjunto, España agudiza su problema demográfico triplicando el balance negativo entre alumbramientos y finados, pasando de -10.045 durante la primera mitad del ejercicio pasado a -32.132 en el mismo periodo de este ejercicio, según las cifras del INE.

Por provincias, la brecha entre el Eje Atlántico y el interior resulta cada vez más abultada, pues en Lugo y Ourense las muertes triplican los nacimientos. En el primer caso, el saldo vegetativo es 1.694 con 2.687 fallecimientos y 993 nacimientos. En el segundo, alcanza 1.712 con 2.561 óbitos y apenas 849 alumbramientos.

La menor diferencia se registra en Pontevedra, con 3.297 recién nacidos frente a 4.914 óbitos, lo que deja un balance negativo de 1.617 personas. En A Coruña, el saldo es negativo en 2.919 -3.731 nacimientos frente a 6.650 decesos-.

El resto de estadísticas reafirman el problema demográfico gallego. El año pasado, presentó la tasa de natalidad más baja de España, con un 7,03 nacimientos por cada 1.000 mujeres y el tercer dato más reducido en cuanto el número de hijos, con 1,12, que solo supera el 1,04 de Asturias y el 1,06 de Canarias. Las medias en ambos apartados son de 8,8 y 1,34, según las cifras cerradas del INE correspondientes al año pasado.

Maternidad

La edad a la que las mujeres tienen a su primer hijo también es de las más elevadas en Galicia con una media de 32,6 años frente a una media de 32 y ligeramente inferior al dato de 2015 (32,8). Solo esperan más para dar a luz las vascas (32,84) y las madrileñas (32,65). Los nacimientos ya se redujeron en 365 niños el año pasado, a pesar de que entró en vigor el cheque bebé de 1.200 euros puesto en marcha por la Xunta.

La esperanza de vida de los gallegos se mantiene prácticamente inalterable. Al cierre del año pasado, esta se situó por debajo de la media con 82,65 años, apenas 0,01 menos que en 2015 y a 0,46 de la media. Los residentes en Madrid se sitúan como los que mayor tiempo permanecen en este mundo, con una media de 84,54 años.

En cuanto a las bodas, Galicia registró 9.379 enlaces el año pasado, según el INE, lo que supone un cambio en la tendencia decreciente al incrementarse un 1,4%. La edad media de los enlaces se situó en la más alta desde que existen registros con casi 35,8 años.