La propuesta electoral de Miquel Iceta de "una quita a la deuda" catalana y de otras comunidades en el marco de la revisión de la financiación autonómica ha disgustado a un buen puñado de barones socialistas, pero no al secretario xeral del PSdeG, Gonzalo Caballero, quien ayer aseguró que se podría "ceder" y aceptaría una quita a la deuda catalana, mucho más abultada que la gallega, si en el nuevo sistema se acuerdan "otros elementos que hagan que el resultado del modelo sea equilibrado y dé equidad al conjunto del territorio". En la senda de la dirección federal del PSOE, que salió a respaldar a Iceta, Caballero defendió que lo importante es que al final se atiendan "las necesidades de todos los territorios en la medida de lo posible". Eso sí, dejó claro que el nuevo sistema debe ser fruto de "un consenso multilateral, sin privilegios para ningún territorio".

El líder del PSdeG hizo estas declaraciones en una jornada en la que su partido abordó la reforma del modelo de financiación, y en la que también participó el expresidente de la Xunta Emilio Pérez Touriño, y el portavoz parlamentario de los socialistas gallegos, Xoaquín Fernández Leiceaga, entre otros. Al desgranar su propuesta de por dónde iba el nuevo sistema, Caballero coincidió en lo sustancial con las tesis de la Xunta. Advirtió de que "Galicia no puede perder" posiciones con el futuro sistema, y debe garantizarse "la igualdad, la solidaridad y la equidad" para que todos los españoles tengan los mismos derechos con "independencia de donde vivan". Además reclamó que se pondere más, al decidir el reparto de los recursos, el envejecimiento poblacional y su dispersión, así como la complicada orografía del terreno, todos criterios que encarecen la prestación de servicios.

Por su parte, Touriño reforzó el discurso de Caballero, en cuanto a qué necesita Galicia para salir bien parada de la nueva financiación autonómica, pero surgieron matices cuando se le cuestionó por la quita a la deuda catalana.

En su opinión, sería "una mala praxis" acudir de forma recurrente a las "condonaciones" porque "rompe el principio de disciplina" al que están sometidas las administraciones. En todo caso, el expresidente socialista no descartó que se puede "estudiar cada caso" y acordar "algún reequilibrio" siempre que sea en aras de "un pacto estable" y de todas autonomías.