Menos de una semana después de desvelarse que el 1 de enero los peajes de la AP-9 subirán un 3,81%, el doble que en el resto de autopistas del país, Audasa presumió ayer de que el incremento de tasas sería peor si no hubiese abaratado las reformas en Santiago y el puente de Rande.

Durante un acto en Vigo de Nueva Economía Fórum, Pedro Pérez, presidente de Itinere -empresa matriz de la concesionaria gallega- recordó que el convenio firmado en 2011 entre Audasa y Fomento contemplaba un presupuesto de cerca de 300 millones para las obras de ampliación de los accesos de Santiago y Vigo. Ayer, Pérez recordó que esa cantidad se rebajó durante el concurso de adjudicación a 240 millones. Gracias a ese abaratamiento -argumenta Itinere- se alivió también la contraprestación que recibirá Audasa por asumir el costo de los trabajos: un incremento anual y acumulativo del 1% en los peajes durante 20 años.

"Gracias a esa reducción, la tarifa va a ser menor. No la tarifa, sino el período de tiempo en el que ese incremento se vaya a ir aplicando. El hecho de ejecutar la obra con un 20% menos de lo presupuestado beneficia al ciudadano con una menor tarifa a lo largo de los años", explicó ayer Pérez. El responsable de la empresa matriz de Audasa reconoció que los peajes "duelen al ciudadano", pero matizó que "no hay infraestructuras gratuitas" y defendió el modelo de concesión privada: "La única diferencia es que así el pago es por uso, solo el usuario financia esa infraestructura, mientras que las otras el ciudadano las paga vía impuestos, las use o no las use". "Se ha armado mucho ruido con el tema tarifario", zanjó Pérez días después de las críticas de usuarios y partidos por la subida de peajes en 2018.

También dio por hecho que el 1 de enero estará en funcionamiento la ampliación del puente de Rande y que se trabaja con la posibilidad de inaugurarlo la próxima semana.