-Este año se cerrará con el mínimo histórico en accidentes de tráfico mortales. ¿A qué atribuye este descenso?

-Hay una mayor concienciación del conjunto de los usuarios debido a diferentes políticas y estrategias dirigidas por los actores de la seguridad vial. Y una menor parte de los usuarios, pero que es más peligrosa, se ajusta por el miedo a las consecuencias de la denuncia.

-¿Qué conductas al volante y qué perfil infractor se fijan como objetivo para 2018?

-Por suerte o por desgracia, tenemos que fijarnos en el mismo perfil. Insistiremos en alcohol, drogas, cinturón y la problemática emergente que es la distracción. No podemos bajar la guardia, tenemos mucho que hacer para revertir estos factores de riesgo. Aunque se ha estabilizado el número de conductores que se ponen al volante tras haber consumido alcohol o drogas, hay que bajar esa cifra. Concienciando u obligando. Unido a esto, hay en torno a un 50% de fallecidos en Galicia que viajan sin cinturón. Eso preocupa porque ya han pasado muchos años desde que es obligatorio su uso, tanto en las plazas delanteras como en las traseras, así como de los sistemas de retención. No tiene perdón que un padre o tutor deje a un niño sin elemento de seguridad.

-Pese al aumento de las multas por consumo de alcohol y/o drogas y la amenaza de prisión, no se logra corregir el comportamiento al volante de los reincidentes. ¿Cuál es el perfil de los conductores de riesgo en Galicia?

-Son usuarios que tienen una capacidad de asunción del riesgo mucho mayor, con una sensación de impunidad grande y un desprecio a la norma. Les da igual haber sido detenido una, dos, tres o 50 veces. Hablamos de un perfil marginal y relacionado con la delincuencia. Son personas que tienen desprecio a cualquier norma, cuanto más a la vial. Es una minoría, y asume las consecuencias. Y hay otro grupo que ve escaso el riesgo de ser detectado. Los delincuentes viales provocan un tercio de los accidentes mortales entre conductores que lo hacían todo bien. En estas fiestas el porcentaje de violencia vial eleva al 40%. Quien asume un riesgo en carretera lo hace sufrir al resto. Nosotros tenemos que ir de manera quirúrgica hacia estas personas especialmente peligrosas. No podemos esperar a que caigan porque igual ya es demasiado tarde y las consecuencias ya son irreparables.

-Esa sensación de impunidad con la que actúan los delincuentes viarios, ¿se debe a que las penas son blandas o los jueces son demasiado laxos a la hora de aplicar las condenas en materia de tráfico?

-No me corresponde a mí decir si son o no son suficientes.

-Lo digo por el historial que maneja la Agrupación de cada delincuente viario.

-Lo qué está claro es que tienen una sensación de que resulta rentable realizar esas conductas infractoras y las consecuencias son asumidas de una manera fácil. Hay un número importante de conductores reincidentes a los que el sistema normativo actual no les impide seguir con esas conductas peligrosas al volante. Ahora bien, la interpretación, o dentro de la discrecionalidad que puedan tener quienes aplican las normas, entendemos que lo hacen con total rigor y dentro de las posibilidades que les da la normativa. Todo pivota sobre la norma.

-Fiscalía y Guardia Civil han diseñado un plan para corregir estas conductas de riesgo.

-La Fiscalía se comprometió a analizar las conclusiones y comunicar aquellos casos con antecedentes y que siguen incurriendo en infracciones graves y siguen conduciendo. No hay duda de que la aplicación de la norma es correcta, pero la Fiscalía analizará estos casos para ver cómo se puede actuar.

-¿Es partidario de revisar el Código Penal actual y el cuadro de sanciones para garantizar un cumplimiento de la norma?

-No sé si con otro sistema sería algo parecido. Hay personas que hacen lo que quieran en carretera. Tenemos que aprovechar los recursos que tenemos y que nos ofrece el sistema actual y sacar lo máximo posible. Si se plantean otro tipo de normas, más restrictivas, nos moveremos dentro de este marco. Nosotros tenemos que centrarnos en este grupo con conductas muy peligrosas a los que ni la sanción administrativa ni la penal les duele lo suficiente como para dejar de cometer fechorías en la carretera.

-En lo que compete a la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, ¿qué estrategias pondrán en marcha?

-Nos centraremos en los usuarios de riesgo. Para eso debemos tener información de diferentes lugares, administraciones, organismos, colectivos, otras policías e incluso de fuentes abiertas como internet. En las redes sociales hay páginas y foros que aprovecharemos. Nos interesa saber quiénes son aquellas personas que han hecho un daño en la carretera. Queremos conocer en profundidad el perfil de aquellos usuarios de riesgo y también nos dedicaremos a la vigilancia quirúrgica de todos ellos. Dedicaremos un mayor esfuerzo a determinados conductores que, por diferentes canales, sabemos que son peligrosos. Tenemos que enfocarnos en aquellas personas que más daño pueden hacerse a sí mismos y a los demás.

-¿Se elaborará una base de datos sobre este colectivo de riesgo en Galicia?

-Toda la información que nos llegue la introduciremos en diferentes investigaciones, la trataremos y haremos un seguimiento de las personas y los vehículos, dentro de nuestras posibilidades de investigación y de las limitaciones normativas.

-¿En qué consistirá esa vigilancia quirúrgica?

-En comprobar si ese conductor de riesgo hace las cosas bien. Si no, insistiremos hasta corregir su comportamiento o que tenga unas consecuencias penales o administrativas. Se trata de controlar y corregir su comportamiento. Trataremos de educar lo máximo posible, ser los más didácticos con esas personas de riesgo, pero si no quieren someterse tendrán que asumir las consecuencias.

-¿Qué sanción o pena considera más efectiva para conseguir la reinserción de los delincuentes viarios?

-Tenemos que incidir más en el decomiso del vehículo y también en la intervención del permiso de circulación y de conducir de aquellos usuarios interceptados tras haber cometido algún delito en carretera. Debemos anticiparnos. Para eso también tenemos que investigar la relación entre el vehículo y el conductor, porque en el caso de los terceros de buena fe no se permite el decomiso.

-En cuanto a la velocidad, ¿se corre más que hace años en autopistas o en carreteras convencionales?

-Hemos notado un ajuste bastante adecuado en todo tipo de carreteras. La velocidad sigue siendo uno de los factores con más peso en la accidentalidad, pero estamos relativamente satisfechos de cómo han ido evolucionando los conductores. Combinando sistemas de control de velocidad más visibles con otros más discretos, tanto en vehículos bicolores como en coches camuflados pero también con lo trípodes, se ha logrado que los vehículos circulen hoy a una velocidad más ajustada.

-Las distracciones ya están detrás de un tercio de los accidentes mortales en Galicia...

-El uso del teléfono móvil preocupa. Eso que ocurre con la velocidad, no pasa con las distracciones porque hay una mayor dependencia del móvil. Y al vehículo entra todo lo que hay fuera: si hay droga, distracción y móvil en la sociedad, en el coche entra. El vehículo no es impermeable a nada; la diferencia es que en el coche hay un peligro. No somos capaces de distinguir que estamos en una máquina peligrosa para nosotros y para el resto. Estamos todavía en una situación de crecimiento de dependencia del móvil. Llegará el día en que no seamos esclavos del móvil.

-¿Cuál es la vía para corregir el cada vez mayor uso del móvil al volante?

-El endurecimiento de las penas es una de las medidas que se pretenden adoptar. Pero lo primero es educación y concienciación. Luego, todas las medidas compulsivas afectan positivamente al comportamiento correcto; pero ahí donde fallen el resto de actuaciones. Es importante que haya normas que hacer cumplir, pero también que tengamos capacidad para hacerlas cumplir con las herramientas suficientes de control y vigilancia. De nada sirve una norma si faltan medios y recursos para hacerla aplicar.