La vivienda usada ha conquistado a los compradores en Galicia. Este tipo de inmuebles ha permitido al sector inmobiliario en la comunidad salir a flote, con tres años seguidos de precios al alza en los pisos de segunda mano. El precio más bajo que el de los inmuebles a estrenar, el menor gravamen fiscal y una mayor facilidad de financiación han convertido las viviendas usadas en protagonistas de las transacciones de 2017. En este mercado, Galicia cerró el año como la tercera autonomía donde más ha repuntado el precio de este tipo de pisos: una media de 1.586 euros el metro cuadrado, lo que supone casi un 6% más que en diciembre del ejercicio anterior y más de cuatro puntos respecto al incremento registrado en el conjunto nacional (1,64%), según el informe anual presentado ayer por el portal pisos.com. O lo que es lo mismo, comprarse un piso de segunda mano de 80 metros cuadrados en Galicia ronda los 127.000 euros frente a los poco más de 125.000 euros de la media nacional (1.571 euros el metro cuadrado).

En 2017 solo protagonizaron un mayor aumento que Galicia, los inmuebles de segunda mano a la venta en Canarias (13%) y Baleares (6%). La comunidad gallega se coloca así en la parte alta de la tabla del sector inmobiliario; en concreto en el séptimo puesto con los precios más caros, casi un 1% por encima del coste medio del conjunto del territorio. País Vasco lidera la clasificación autonómica, con una media de 2.599 euros el metro cuadrado de un piso de segunda mano, 1.013 euros más (64%) que el coste experimentado en la comunidad gallega.Capitales de provincia

Por capitales de provincia, A Coruña es la sexta más cara del país, con una media de 2.100 euros el metro cuadrado. Aunque bien es cierto que el precio de la vivienda usada en la ciudad coruñesa experimentó una caída durante el último año del 5,56%, un balance que la convierte en la undécima capital española con mayor descenso en este tipo de inmuebles.

En el lado opuesto del mapa inmobiliario, está la ciudad de Lugo, que con un precio de 1.187 euros el metro cuadrado es la capital de provincia más barata en Galicia y la undécima de toda España.

Por provincias, A Coruña y Pontevedra concentran los precios más elevados en la comunidad, con una media de 1.398 y 1.395 euros el metro cuadrado, respectivamente. Les sigue en el ranking autonómico Ourense, con unos precios medios de 1.307 euros. Y, finalmente, Lugo, con poco más de 1.240.Concellos

En el análisis por ayuntamientos, el concello lucense de Foz es donde más se encareció el precio de la vivienda usada en Galicia durante el último año. Casi un 10% más tiene que desembolsarse hoy quien quiera hacerse con un piso de segunda mano en el citado municipio. Por el contrario, el mayor desplome en los precios en la comunidad lo registra el concello coruñés de Monfero, con una caída en las tarifas de casi el 14% respecto a hace un año.

Sanxenxo se mantiene como el municipio gallego más caro para comprar una vivienda. Hasta 2.052 euros el metro cuadrado, lo que supone desembolso de más de 164.000 euros una vivienda de segunda mano de 80 metros. En el extremo opuesto del mapa inmobiliario de la comunidad está Carballo, con menos de la mitad de lo que cuesta en Galicia: 736 euros el metro cuadrado.Tendencia

Los datos de 2017 revelan cómo el sector inmobiliario se afianza de manera sostenible, según destacan en el balance de pisos. com. En los próximos doce meses, según destaca el director de Estudios del portal de ventas, Ferran Font, hay citas clave que podrían incidir en la evolución del mercado, como la tramitación de la nueva Ley Hipotecaria, la escasez de suelo finalista y el equilibrio entre el alquiler residencial y el turístico.

Con todo, para Font, la vivienda atraviesa uno de sus "mejores momentos", con una demanda activa y plena de interés, que analiza al detalle sus posibilidades financieras y que es consciente de la revalorización que experimentarán sus inversiones inmobiliarias. Frente al temor que esta reactivación en el mercado de la vivienda podría causar después de las consecuencias que tuvo la gran inversión en el ladrillo antes del estallido de la burbuja inmobiliaria, Font asegura que el tejido empresarial analiza ahora la viabilidad de sus proyectos para "no incurrir en los errores del pasado".