El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, rechazó ayer la propuesta esbozada por Hacienda de aplicar una quita a la deuda de las comunidades más asfixiadas económicamente -que asumiría el Gobierno central- y se opuso a un sistema de financiación autonómica que premie a las que incumplieron los límites de déficit frente a las que, como Galicia, se ajustaron a las normas fiscales. "No recomendamos una quita de deuda, es un precedente muy arriesgado", alertó sobre una medida con "riesgo moral y económico". El primero, por premiar los "incumplidores"; el segundo, por lanzar un mensaje a la UE y a los mercados de que algunas administraciones no se hacen cargo de sus compromisos. "Estoy seguro de que Montoro no lo propondrá", confió.

El mensaje de Feijóo constituye una advertencia ante la reunión que la cúpula del PP mantendrá el lunes y en cuya celebración se abordará esa cuestión, entre otros temas, pues como recordó el titular de la Xunta y líder de los populares gallegos no existe orden del día.

El Ejecutivo gallego ha advertido en varias ocasiones contra la opción de premiar a las comunidades "incumplidoras" frente a las "cumplidoras", pero ayer Feijóo se refirió por primera vez a la opción puesta sobre la mesa la semana pasada por el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, que vinculó la deuda autonómica de las comunidades menos saneadas con el debate sobre el nuevo sistema de financiación, cuya reforma está aplazada desde 2014 y que ahora deberá abordarse con el conflicto de Cataluña latente.

"Tenemos que ver qué hacemos respecto a la deuda de las comunidades autónomas y, en especial, la que tienen contraída con el Estado. Tenemos que ver qué parte de esa deuda se corresponde con insuficiencias del sistema", declaró Montoro el pasado 30 de enero. La UE no permite quitas de deuda pública, por lo que la opción podría pasar por la asunción de esta por parte del Estado.

"A mí nadie me planteó una quita. Nadie lo entendería", expuso Feijóo tras la reunión semanal del Consello. "No puede ser más beneficioso incumplir y más perjudicial cumplir. Si es así, comprenderá que no es posible explicar ni en España ni a los socios europeos. No creo que debamos plantear cosas que estoy convencido de que no se podrían dar en ningún caso", añadió.

La crisis económica desplomó los ingresos de las administraciones públicas y provocó recortes masivos para cuadrar las cuentas y embridar el déficit. Galicia se presentó como una de las pocas cumplidoras que no necesitó el rescate de facto de Hacienda, como sucedió en la mayoría de territorios. Entre 2012 y 2017, la Administración central inyectó 251.000 millones para comunidades, diputaciones y municipios a través del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) y del Fondo de Facilidad Financiera (FF). Este último se creó para las comunidades saneadas como Galicia, que mantiene en este fondo 6.943 millones de una deuda total de 11.137 -en el primer trimestre de este año obtendrá 690 más del FF-. Cataluña, por ejemplo recibió 50.000 millones y Valencia, 35.000.

"Galicia no está en contra de ayudar a las comunidades que incumplieron [los límites de déficit o de tiempo de pago a proveedores], pero lo que no puede ser es que en función de la deuda y la financiación futura las comunidades que cumplimos acabemos por ser perjudicadas. Estoy seguro de que Montoro no lo va a proponer", añadió el presidente de la Xunta tras recordar que Galicia cerró el año pasado con un déficit del 0,21% frente al máximo permitido del 0,6% y que paga a sus proveedores en una media de diez días, un tercio del tope legal.

Además, el presidente de la Xunta y líder del PP gallego eludió entrar en especulaciones sobre su futuro después de que el miércoles declarase que seguiría de presidente "si los gallegos quieren" más tiempo que Luís Villares como diputado de En Marea. Su frase pretendía atacar la situación interna de este último, pero abría la puerta a que se presentase a un cuarto mandato en 2020, tras descartar esa opción hace semanas. "Dejémonos de lerias y sigamos trabajando", respondió.