El mercado inmobiliario recupera el ritmo en Galicia, aunque con una marcha menos que en el resto de España y volcado hacia la vivienda usada, y los expertos consideran que la construcción de viviendas es insuficiente para satisfacer la demanda en la comunidad. Sin embargo, los promotores ya preparan el terreno para resolver esta escasez de obra nueva. Así lo demuestran los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), que revelan que la compra de solares se disparó un 31,8% en la comunidad en 2017, un crecimiento que casi cuadruplica al 8,8% que alcanza en la media estatal.

El año pasado se cerró con la compra de 1.984 solares en territorio gallego. La necesidad de poner ladrillo nuevo en el mercado cobra especial relevancia después de que desde el año 2008, las construcciones de vivienda nueva hayan sido capaces de superar a las propias compras de inmuebles a estrenar.

Un déficit de edificaciones que hasta ahora había quedado amortiguado por la capacidad del mercado para tirar de reservas. En concreto, echaba mano del parque de viviendas que quedaron sin vender durante la crisis. En los últimos años este parque se ha vaciado en un 34,4%, un ritmo muy superior a la media estatal de 21% y cuya escasez obliga ahora a redoblar los esfuerzos en nuevas construcciones.

Los aprovisionamientos de terrenos susceptibles de ser edificables crecen a un ritmo tres veces superior que la compra de viviendas ya finalizadas. Y no lo hace porque estas últimas se estanquen. Al contrario. El año pasado se formalizaron 14.594 compras de viviendas en Galicia, tras repuntar un 8,7% respecto a 2016 y encadenar su tercer año consecutivo al alza. "El mercado de la vivienda recupera el pulso en Galicia, lo que ha permitido que, por segundo año consecutivo, nuevas aperturas y contrataciones en el sector", destacan desde la Federación Galega de Empresas Inmobiliarias (Fegein).

Con todo, la recuperación del sector inmobiliario se está trasladando con menos intensidad a Galicia que al resto de España, donde el volumen de compraventas crece un 14,6%, y se canaliza a través de vivienda usada, que ahora supone el 75,4% del total, frente al 39,8% de hace una década. La comunidad gallega, además, repite en el puesto de cola en actividad inmobiliaria. Solo se producen 5,4 operaciones por cada 1.000 habitantes, la cifra más baja de todo el país, la mitad que las 10 por cada 1.000 que se registran en todo el Estado, con Baleares (14,3) y Comunidad Valenciana (13,9), a la cabeza.

De hecho, Galicia es una de las siete autonomías donde las adquisiciones de vivienda no suponen ni la mitad de operaciones. Representan un 44%, el porcentaje más bajo de todo el país. El 56% restante lo copan las herencias, que marcan máximos históricos, y el apartado que incluye divisiones horizontales, ejecuciones hipotecarias, daciones en pago y adjudicaciones judiciales.

La recuperación más débil que la media estatal del mercado residencial contrasta con el impulso de las operaciones vinculadas al ámbito empresarial. Las compras de locales comerciales, naves industriales, oficinas o garajes crecieron un 13,3% en Galicia el año pasado, hasta las 26.953 compras. Este crecimiento es más del doble que en el resto del Estado.