Los excesos urbanísticos de los concellos tienen consecuencias. Aprobaron planes de ordenación con una previsión de crecimiento de la edificación del 39% y la Consellería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio les advierte de que fueron "poco realistas", puesto que finalmente solo se construyó en menos del 16% del suelo disponible. La Xunta señala que los ayuntamientos calificaron más suelo urbano del que necesitaban "por las expectativas de generación de plusvalías derivadas de la transformación urbanística". Y les recrimina que esto ha provocado "con frecuencia el encarecimiento de unos terrenos con características más propias de suelo rústico".

Según señala la consellería en el informe de seguimiento de las Directrices de Ordenación del Territorio (DOT), se calificaron como urbanizables terrenos "con un alto potencial productivo" desde el punto de vista agrario, lo que, en su opinión, "ha limitado las posibilidades de expansión y permanencia del sector primario penalizando además los costes de producción".

Aunque las competencias urbanísticas son de los concellos, es la Xunta la que tiene que dar el visto bueno a los planes de ordenación urbana. A pesar de ello, el Gobierno gallego es especialmente crítico con la "falta de coherencia" de las previsiones incluidas en estas planificaciones urbanísticas. Les reprocha incluso que no hayan aprovechado las revisiones de los planes municipales para corregir estos desfases. "Esta planificación poco realista de los crecimientos puede habilitar transformaciones abruptas de los ámbitos urbanos", señalan. Y causar impacto sobre la calidad paisajística, según añaden. Por eso, insta a a las corporaciones locales a evitar "el consumo de suelo innecesario".

Éste es el diagnóstico al que llega la Xunta tras analizar el grado de desarrollo que han alcanzado los planes urbanísticos municipales y que, en la mayoría de los casos, se ha quedado muy por debajo de la calificación de suelo urbanizable que fijaron.

En las ciudades es donde hubo un mayor grado de desarrollo respecto a las previsiones de edificación. Pero aún así, solo se edificó en el 16% del suelo previsto.

Las ciudades que quedaron más lejos de lo proyectado en sus planes fueron Santiago, que solo desarrolló el 12% de su planificación urbanística, y Pontevedra, con el 11%. Por el contrario, Ferrol y Vigo fueron las que más se ajustaron a sus PXOM. En el primer caso se superó el 42% edificado sobre la previsión inicial mientras que la ciudad viguesa llegó casi al 35%.

En las villas intermedias se edificó el 5% de lo incorporado al plan urbanístico y en el rural se quedó en el 3%. El mayor desfase se registró en la planificación de viviendas en el rural, mientras que la previsión de suelo industrial consiguió un mayor desarrollo.