La gestión de los purines y el estiércol ya no será un problema para el sector agroganadero gallego. Meses después de la nueva regulación de ayudas de la Política Agraria Común (PAC), que prohíbe que el abono orgánico pueda esparcirse en la tierra por medio de cisternas -como se hace en Galicia- e impone la inyección del fertilizante en el suelo, la Xunta ha publicado las excepciones y limitaciones que aplicará a esta normativa europea que persigue la reducción de las emisiones de amoníaco a la atmósfera. Los agricultores y ganaderos de la comunidad podrán esparcir los purines mediante el sistema de abanico y solo quedará prohibida la aspersión con cañón. Con este decreto, la Consellería de Medio Rural se suma al Principado de Asturias al permitir aplicar este año los purines mediante el método más utilizado en el campo gallego: el esparcido de abanico.

La normativa de la UE sobre purines, publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE) el pasado mes de noviembre, obliga a enterrar los desechos animales. Aunque el Ministerio de Agricultura también dejó margen para que las comunidades estableciesen excepciones temporales a tales restricciones en base a sus particularidades. Desde el sector agroganadero gallego se movilizaron entonces para exigir excepciones en la aplicación de la nueva regulación, tanto por los costes millonarios que acarrearía a los productores esa canalización subterránea así como por la amenaza de perder las subvenciones europeas este año. Ante la inviabilidad a corto plazo en Galicia de las imposiciones fijadas por Europa, la Consellería de Medio Rural inició contactos con otras comunidades, como Asturias, Cantabria y Castilla y León, para conocer el alcance de la nueva regulación y así "buscar un consenso" y "estudiar posibles excepciones" a esas prohibiciones que condicionan los pagos directos en la PAC.

El departamento que dirige Ángeles Vázquez acaba de emitir una orden de adaptación de las directrices europeas para los agricultores y ganaderos gallegos. "La aplicación de purines o fracciones líquidas de deyecciones no se podrá efectuar con sistemas de aspersión con cañón. El resto de aplicaciones de purín con sistemas de abanico se podrá realizar mientras no se resuelvan los condicionantes que dieron lugar a su excepción", recoge el decreto de Medio Rural. Además, excluye también de la normativa estatal "el enterramiento de los estiércoles sólidos después de su aplicación, exceptuándose de tal obligación cuando el uso del abono se corresponda con prácticas tradicionales".

Medio Rural alega que el uso de purines como fertilizantes es una de las mejores opciones para su aprovechamiento, "dado que su aplicación en dosis adecuadas aporta nitrógeno y otros nutrientes" que "no presenta riesgos y sí ventajas" respecto de la fertilización mineral, "ayudando al incremento de la materia orgánica en el suelo". La Xunta recuerda que la distribución de purines en el campo se ha realizado tradicionalmente mediante el transporte en cubas con difusor en abanico. "Teniendo en cuenta el importante número de ganaderos y agricultores afectados y la escasa oferta y capacidad de suministro de la maquinaria precisa por el sector industrial, el impacto de esta aplicación inmediata y generalizada en nuestra comunidad, adquiriendo nuevas máquinas o adaptando la práctica totalidad de las existentes, no podría ser asumido por el sector", advierten desde Medio Rural.

Ante esta situación, el Ejecutivo gallego advierte de que, de aplicarse en la campaña de 2018 la norma estatal de condicionalidad ligada a la aplicación de purines, éstos no podrían utilizarse como fertilizantes en el campo gallego, al resultar imposible cumplir con los nuevos métodos de aplicación. Esto, sostienen desde el departamento que dirige Ángeles Vázquez, causará un "perjuicio mayor" para el medio ambiente que el beneficio que se pudiera derivar de la aplicación inmediata de la norma estatal.

La Xunta apunta varias las razones por las que los sistemas de inyección, tubos colgantes o zapatas que exige la nueva regulación de purines no se ha implantado en Galicia: orográficas, climáticas, y socioeconómicas. "Es por eso -concluye- que la aplicación de las nuevas prohibiciones estatales exige la realización de determinados estudios y, en todo caso, un periodo razonable de implantación".