Ella se levanta en su domicilio de A Coruña y toma un autobús rumbo a Narón. Su pareja opta por el tren a Santiago. En Cangas, otra pareja afronta a diario una situación similar, pero uno se dirige al trabajo caminando y otro se lanza a sortear el tráfico hacia Vigo. En la capital gallega, decenas de trabajadores llegan a la sede central de la Administración autonómica, en el complejo de San Caetano, en autobús procedentes de otras localidades. Este tipo de traslados para acudir del domicilio al lugar de trabajo en la comunidad gallega han aumentado en un lustro un 3,1%. Cada día, 587.939 trabajadores salen de su concello de residencia para trabajar en otro, según los últimos datos disponibles del año 2016. En 2011, la cifra era de 581.686.

Esta es una de las conclusiones del último informe sobre las Directrices de Ordenación del Territorio (DOT), que dedican un apartado a analizar la capacidad de cada municipio para fijar a su población activa, afectada, además, por el declive demográfico. De media, en Galicia el 43,5% de los ocupados residen y trabajan en el mismo concello, lo que supone un 3,1% menos que en 2011. Por tanto, el 56,5% debe trasladarse a diario, lo que implica un aumento de gastos y un reto de movilidad para la propia comunidad.

Uno de los ejemplos de la necesidad de atender a esta cuestión es precisamente Vigo y la presión ciudadana al Ministerio de Fomento para que eliminase el peaje entre la ciudad olívica y Redondela en la AP-9, que ejerce casi de circunvalación y que asume los viajes diarios de los miles de ciudadanos que residen en los concellos limítrofes y se desplazan a la urbe a trabajar. A mitad del año pasado, el tráfico había rondado los 77.000 vehículos diarios. Además, los viajes ferroviarios en el Eje Atlántico crecieron en 2016 en 1.600 pasajeros diarios respecto a 2014, año en que se redujo el viaje A Coruña y Vigo, sumando un total de 3,3 millones de pasajeros.

El informe de seguimiento de las DOT destaca a las ciudades como las que muestran mayor capacidad de fijación de población, con un 69% de valor medio, seguido de los sistemas periurbanos, con el 40%. Una cuarta parte de los municipios no alcanzan el 60%, entre los que encuentran cinco concellos "del sistema urbano intermedio" como son Foz, Muros, Porto do Son, Rianxo y Corcubión y res del "sistema de nodos para el equilibrio territorial", como son Maceda, Negreira y Bande.

"La tendencia [...] muestra una menor fijación laboral de la población residente en el 89% de los concellos gallegos, lo que lleva consigo un incremento de trabajadores que precisan desplazarse a otro ayuntamiento distinto al de residencia", colige el documento, que apunta otro dato para respaldar su conclusión. "El porcentaje de nuevos contratos formalizados en 2016 en el concello de residencia del trabajador (28,1%) también disminuyó un punto y medio en relación a 2011", añade. El aumento de la movilidad deriva también del dinamismo económico generado por los entornos urbanos, lo que dificulta aún más, según se desprende del documento, los intentos para fijar población en el ámbito rural, donde más impacto tienen la baja natalidad y el alto envejecimiento.