Comienza la cuenta atrás para las elecciones municipales y el PSdeG marca un ritmo "constante pero sin acelerones" a su hoja de ruta de cambio y renovación, según apunta el número dos de los socialistas gallegos. Pablo Arangüena censura la gestión de las mareas porque iban a "revolucionar la política gallega y han generado parálisis" y advierte de un posible "contagio" del auge de Ciudadanos en Galicia pese a ser una "plaza fuerte del PP". En el punto de mira, Arangüena coloca al presidente de la Xunta y su intención de dar el salto a Madrid: "En otros países, el pasado de Feijóo [en alusión a sus fotos con Marcial Dorado], le invalidaría para ser presidente del Gobierno".

-Cinco meses con Gonzalo Caballero al frente el PSdeG, ¿el cambio que se marcó ya se ha materializado?

-Queda todavía mucho camino. Se está materializando en la medida en que ha habido una renovación de las estructuras provinciales y locales. La ejecutiva gallega está empezando a encaminar el barco en la dirección adecuada. Gonzalo Caballero está marcando los ritmos, que tienen que ser constantes pero no demasiado acelerados. En política no se puede acelerar demasiado.

-¿Cómo lleva la vieja guardia la renovación?

-Los militantes veteranos están encantados de que haya cambios si son para mejor. Todo proceso de cambio tiene gente más a favor y más en contra, pero quienes tienen años en el partido, en general, estaban demandando cambios y están siendo bien acogidos.

-Tras la renovación de las direcciones provinciales, ¿cómo es la relación y cómo espera que sea en la carrera a las municipales?

-Es buena. Y cada vez más fluida a medida que cada parte va conociendo mejor a la otra y se va generando habitualidad. En esto también funciona aquello de el roce hace el cariño. En todo caso, todos estamos en el mismo barco y tenemos el mismo objetivo: obtener unos buenos resultados en las locales.

- ¿Teme la ejecutiva gallega que las direcciones provinciales actúen como un contrapoder?

-En absoluto. Lógicamente la dirección gallega tiene que tener una visión más panorámica pero cada estructura tiene su ámbito de actuación y de competencias. En los procesos orgánicos internos hay apasionamiento y cruce de opiniones, pero eso ha quedado atrás. La militancia concedió un respaldo importante a Gonzalo Caballero y el partido, hoy por hoy, le ha dado un apoyo importante como se pudo ver en el último comité nacional.

-Queda un año solo para las municipales, que son también un primer examen para Caballero.

-Cada elección es una prueba. No solo para la estructura gallega, sino para toda la organización. La mayor prueba para la dirección gallega son las autonómicas, pero cada cita es una examen para todos.

-¿Ve a Caballero candidato del PSdeG a las próximas elecciones autonómicas?

-No soy futurólogo pero no tengo casi ninguna duda de que será el próximo candidato porque tiene un respaldo muy importante por parte de la militancia y porque se está ganando cada día respeto y autoridad entre las estructuras territoriales.

-En Cataluña, Ciudadanos fue la fuerza más votada y los sondeos pronostican una estampida de electores del PP al partido de Rivera. ¿Será el PP gallego el próximo en verse tocado por el auge de C´s?

-En Galicia, Ciudadanos empezó con muy mal pie en las pasadas elecciones. No tenía candidatos ni equipos y eso se notaba en propuestas muy poco cercanas a la realidad del país. Algunas casi descabelladas que generaron hilaridad. Ciudadanos es un fenómeno político bastante ajeno a Galicia, que le cuesta adaptarse a la realidad de nuestra tierra: un galleguismo positivo, abierto e incluyente que no renuncia a su idiosincrasia, pero que está más por sumar que por dividir. A quien más daño puede hacer en España y en Galicia es al PP, un partido que está fuertemente erosionado. Sobre todo en España, en Galicia Ciudadanos aún tiene que aterrizar.

-El PP gallego se ha encargado de mantener su marca al margen de la de su partido en el ámbito nacional.

-Galicia es una especie de retaguardia del PP que le ha resultado muy cómoda hasta este momento, pero no puede permanecer ajeno a lo que pasa en el PP nacional. Las conexiones están ahí: el presidente del Gobierno empezó haciendo política en Galicia, gente procesada por corrupción tuvo un papel importante en la estructura gallega. Aunque Galicia es una plaza fuerte del PP puede haber un contagio y, desde luego, también depende de lo bien que se haga desde la oposición.

-¿Pasará factura al PP el futuro de las pensiones y su postura ante la huelga del 8-M?

-No es solo eso. Es también la corrupción, que lleva mucho tiempo erosionando. Es muy significativa la actitud del PP ante la huelga del 8-M. Paula Prado decía que era elitista; Miguel Tellado, machista; Feijóo se preguntaba por qué se hacía en ese momento. Pero un día después decía que había que tenerla muy en cuenta y acabará, seguramente, reivindicando el feminismo. Populismo no es solo lo de Podemos, populismo también es eso.

-¿Cómo interpreta el cambio de discurso de Feijóo sobre la huelga feminista?

-Feijóo está situándose hace mucho tiempo en clave de España. La reciente entrevista en un medio nacional es muy significativa: un político que quiere dar el salto a Madrid pero que está nervioso, se escurre, es capaz de dar una respuesta positiva y negativa a la misma pregunta en menos de 30 segundos y no sabe qué decir cuando le enseñan sus propias declaraciones al decir que no sabía quién era Marcial Dorado ni a qué se dedicaba pese a encontrar más de 100 menciones entonces en medios de comunicación. Nadie se puede creer que Feijóo no supiera quién era Dorado entre 1994 y 1998. Además, es una relación de años con viajes, salidas en barco, estancias en casa de Dorado? Las explicaciones de Feijóo son cuánto menos increíbles. Hay que recordar que en su día pidió la dimisión de Anxo Quintana por unas fotos en un barco con un constructor que nunca ha tenido problemas con la Justicia. En otros países como Dinamarca, Suecia, Alemania..., el pasado y las declaraciones de Feijóo le invalidarían para ser presidente del Gobierno de España. Bien es cierto que Spain is diferent.

-¿Cómo será el discurso del PSdeG hacia las mareas en las elecciones locales?

-Un discurso crítico y sin demagogias hacia una formación que iba a revolucionar la política gallega pero que lleva tres años de muy pocos resultados. Y en el caso de mi ciudad [A Coruña] genera parálisis en vez de dinamizar.

-Pero los acuerdos con las mareas y también con el BNG serán imprescindibles para ganar en muchos concellos al PP.

-La aritmética electoral está ahí. En función de los resultados no se descarta nada. ¿Que después de las elecciones puedan generarse entendimientos entre fuerzas políticas diferentes para generar alternativas al PP? Es perfectamente posible.

-La gestión de las mareas locales, ¿ las avalarán o les pasará factura en las urnas?

-Le va a pasar factura. Su discurso de gran cambio no se ha materializado. Entre las grandes expectativas que trasladaron cuando llegaron al poder y las grandes promesas que hacían, hay un contraste muy grave. En la ciudad de A Coruña, de manera más acusada. Eso tendrá una traslación electoral.