Villares apeló el sábado a la unidad y a la lealtad en el plenario de En Marea en el que, sin embargo, se evidenciaron sus fracturas internas por las ausencias y la escasa participación. Ayer, los pronunciamientos de Esquerda Unida y de Podemos en nada contribuyeron a coser la brecha. La secretaria xeral del partido morado en Galicia, Carmen Santos, limitó su vinculación a En Marea a su estatus de diputada del grupo parlamentario, surgido de, según quiso aclarar, "un acuerdo" con Podemos y otras fuerzas para presentarse a las autonómicas de 2016 bajo la fórmula jurídica de partido instrumental. Y la coordinadora de EU, Eva Solla, no se sintió aludida por las críticas ni quiso valorar un plenario al que su partido no quiso asistir.

"Podemos es un partido político autónomo y En Marea es un partido instrumental para presentarse a las elecciones. Ese es el acuerdo al que se llegó con Podemos en las elecciones de 2016. Somos leales a lo que nos comprometimos", destacó Santos, de la misma forma que declaró no sentirse "aludida" por las críticas del histórico dirigente nacionalista Xosé Manuel Beiras, quien durante el plenario llegó a decir que había "casta" dentro de En Marea y que los parlamentarios que reniegan de la marca "estafan" a los ciudadanos que los votaron.

Por la mañana, Eva Solla evitó pronunciarse sobre el cónclave del sábado -en el que no estuvo presente, así como tampoco asisitieron los alcaldes de A Coruña, Santiago y Ferrol y otras importantes figuras de referencia- y aseguró, al igual que Santos, no sentirse aludida por las críticas de Beiras.