La polémica por el altercado de la diputada Paula Quinteiro con la policía de Santiago en el marco de un acto vandálico va camino de agudizar las tensiones internas de En Marea. Un día después de que la coordinadora del partido instrumental, controlada por Luís Villares, trasladase al Consello das Mareas, que se reúne hoy por la tarde, que valore pedir la dimisión de la parlamentaria, la secretaria xeral de Podemos en Galicia, Carmen Santos, evitaba pedir el acta a Paula Quinteiro, militante de Izquierda Anticapitalista, miembro de la dirección del partido morado en Galicia, y quien se presentó a las primarias para ir en la candidatura autonómica de En Marea en una lista de Anova, no de Podemos. "Le corresponde a ella tomar la decisión", declaró Santos, quien brindó "todo" su apoyo a "la diputada y compañera Paula". Explicó en declaraciones a los periodistas que la joven de 28 años "ya pidió disculpas por la parte que pudo hacer daño, que pudo mal entenderse de lo que hizo el sábado".

La dirección de En Marea contó ayer con el respaldo de Xosé Manuel Beiras, quien aseguró que si él fuese Quinteiro dimitiría, pues "la izquierda tiene que dar ejemplo y tiene que practicar una ética absolutamente irreprochable". "Paula Quinteiro cometió un disparate y dejó de actuar en la sociedad como persona que representa a la gente más agredida de este país", aseveró.

Carmen Santos, sin embargo, prefirió poner el acento, no en la actuación de la parlamentaria, si no en el PP. "Lo más grave, lo que a mí me genera malestar es el agravio comparativo. Hay un acoso y ataque desmedido a esta actuación. La actuación de Quinteiro pudo ser mejorable, pero no se le puede aplicar la misma vara de medir a ella y a Feijóo, paseando en yate con un narcotraficante, a Cifuentes, falsificando títulos universitarios, o a Rajoy, con sus mensajes a Bárcenas".

La diputada en el centro de la polémica guardó ayer silencio. Hoy por la tarde tiene ante el Consello das Mareas la oportunidad de dar su versión, como ya hizo ante el grupo parlamentario, el jueves por la noche. Desde En Marea aguardan que sea Quinteiro quien renuncie por iniciativa propia a su acta. La crisis se agudizaría si se resiste. Entonces, podría ser expulsada del grupo de En Marea, y debería irse al Grupo Mixto, pero ¿cómo reaccionaría entonces su partido, Podemos, y los diputados de la formación morada dentro de En Marea, una vez que ayer no reclamaron la dimisión de Quinteiro? El partido de Pablo Iglesias no quiso ayer abordar futuribles, pero no le ha gustado nada la gestión del caso por parte de Luís Villares.

Si Quinteiro no renuncia, y En Marea se mantiene firme, el partido instrumental podría revivir lo que ya le pasó a AGE, su antecedente en O Hórreo. Perdió tres diputados, que se pasaron al Grupo Mixto, por disputas internas.

La parlamentaria de En Marea en el centro de la polémica se vio envuelta en una disputa con la Policía Local de Santiago en la madrugada del sábado. Según recoge el atestado policial, Quinteiro formaba parte de un grupo de jóvenes interceptado por los agentes después de que un vecino denunciase la rotura de varios espejos retrovisores de los coches estacionados en una calle cercana. Cuando uno de los agentes intentó identificar a uno de los jóvenes, la diputada que acudió hasta el lugar "llamada" por el chico "se interpuso entre el varón, exhibiendo una tarjeta parlamentaria, tratando de impedir la identificación y dificultando la intervención de la Policía". La parlamentaria justificó posteriormente que fue el policía el que actuó "de forma desmedida y fue violento". "Mi única intención fue tratar de mediar y le dije (al chico) que se identificase", añadió.

Sin embargo, en el informe policial consta que se identificó como "diputada" y dijo que estaban "interfiriendo su labor como parlamentaria" e incluso amenazó con "interponer una interpelación parlamentaria por la actuación policial".