A principios de mes se cumplió un año desde la publicación del decreto del Ministerio de Agricultura que prohibía plantar patatas en 31 concellos gallegos -13 en las comarcas coruñesas de Ferrolterra, Eume y Ortegal y 18 en A Mariña lucense- por la presencia de la polilla guatemalteca de la patata ( Tecia solanivora). El pasado octubre se unió Cariño y ayer la Xunta publicó en el Diario Oficial de Galicia (DOG) que son ya 33 los ayuntamientos afectados al incluirse Muxía, donde también se aplicará el decreto estatal. Además de la cuarentena durante por lo menos dos años se desenterrará la patata plantada, se recogerán tanto la de simiente como la guardada para consumo y se indemnizará a los afectados por la cantidad de producto perdido. Al igual que en su día la Xunta fijó una zona de protección de cinco kilómetros alrededor de las áreas infectadas, que abarcaba a otros 16 ayuntamientos, en este caso el área de vigilancia se extenderá a Cee, Dumbría, Vimianzo, Camariñas y Fisterra. En estos municipios los productores y vendedores deberán comunicar a la Consellería de Medio Rural el volumen de tubérculo cultivado y comercializado acreditando su procedencia. Los almacenistas también tendrán que instalar trampas de feromona para la captura del insecto.

La plaga llegó a Canarias en 1999 procedente de Centroamérica y saltó a Galicia en 2015 al detectarse el primer caso en Ferrol, al ejercicio siguiente a cinco concellos del norte de Lugo y el año pasado ya superaban la treintena e incluso alcanzó a siete concejos asturianos. Por ahora la polilla afecta solo a zonas de autoconsumo pero al saltar hacia A Costa da Morte se acerca a Coristanco, la segunda zona de mayor producción de patata amparada por la Indicación Xeográfica Protexida (IXP) Pataca de Galicia, solo por detrás de A Limia, en Ourense. La prioridad de la Xunta desde que se detectó la plaga fue evitar que la polilla llegara a estas dos grandes áreas profesionales en las que se encuentra el 90% de los productores que comercializan el tubérculo certificado.

Por eso, la directora xeral de Agricultura, Belén do Campo, confirmó en declaraciones a este diario que, si bien en Coristanco ya había trampas instaladas para detectar la presencia del insecto, la vigilancia se aumentará en el concello y en las zonas próximas a Muxía, que se unirán a las más de 1.000 repartidas por todo el territorio gallego.

La llegada de la plaga al concello muxián ha sido una noticia "inesperada" para los productores de Coristanco que ha generado "revuelo" y "preocupación". El gerente de Casa Tulla, Juan García, denuncia que "fallan los controles", por lo que pide al Gobierno gallego "más presencia y vigilancia" para salvar la única alternativa de riqueza de la comarca de Bergantiños. "Hay vecinos que comentan que nadie les paró nunca ni les pidió documentación", apunta.

Por la distancia que existe entre las zonas que estaban en cuarentena -Ferrolterra y A Mariña- y A Costa da Morte, Tulla cree que todo hace pensar que "alguien sacó producto de donde no debía". Los técnicos de la Consellería de Medio Rural ya están trabajando sobre el terreno para averiguar cómo pudo llegar el insecto investigando dónde compraron la patata de simiente los dueños de las tres parcelas afectadas. De momento no se rechaza ninguna hipótesis. Do Campo no descarta que pudiese entrar por mar a través del puerto o por tierra procedente de algunos de los ayuntamientos en cuarentena. La responsable de Agricultura de la Xunta indica que aunque desde la entrada en vigor del decreto se restringió la circulación de patatas desde los municipios donde apareció la polilla y tanto la policía autonómica como la Guardia Civil realizan controles para que no se produzca el trasvase, "puede haber infractores que se salten la prohibición".

La prioridad del Ejecutivo autonómico es actuar cuanto antes en Muxía con la aplicación del mismo protocolo que en el resto de los 32 ayuntamientos infectados. Hoy mismo, según confirma la directora xeral de Agricultura, se retirará el producto de los seis almacenes profesionales contabilizados en el ayuntamiento. Además, hoy a las 21.00 horas los técnicos de la Consellería de Medio Rural darán una charla informativa en el Salón do Voluntariado de Muxía para informar a los afectados. Los productores tendrán que informar a la Xunta de la cantidad de patata plantada, de simiente y almacenada para iniciar el dispositivo de recogida por parroquias. Do Campo confía empezar en una semana con la retirada, pero avisa de que dependerá del ritmo de las notificaciones.

Una vez pesado el volumen de tubérculo recogido, los damnificados podrán optar a la orden de ayudas anual de Medio Rural, que contempla 70 céntimos por kilo para la patata de simiente, 30 céntimos para la de autoconsumo y 40 por metro cuadrado de producción plantada y arrancada. Como en esta zona la mayoría de la plantación se realiza después de Semana Santa y los que cultivaban antes no pudieron hacerlo por los temporales, se estima que la mayoría de las subvenciones sean para patata de simiente y la retirada se haga en poco tiempo.

En las zonas tampón o limítrofes que incluye otros cinco concellos de A Costa da Morte se deben aplicar tratamientos fitosanitarios específicos, el producto recogido no se podrá destinar a semillas y su movimiento se hará en vehículos cubiertos con una malla.