La construcción en Galicia vive en una contradicción desde hace tres años. El sector crece, pero no así los puestos de trabajo. Y no solo no aumentan los efectivos, sino que se ha destruido más del 12% del empleo en los dos últimos ejercicios.

Desde mediados de 2014, el sector del ladrillo en Galicia no para de crecer y ya encadena 38 meses al alza. El año 2015 lo cerró con un incremento del 2,6%; el 2016, del 1,6% y el 2017, del 3,5%, según el último informe Seguimiento e análisis da construcción, publicado ayer por el Instituto Galego de Estatística (IGE).

Pero este buen comportamiento de los tres últimos ejercicios no sirve todavía para contrarrestar el desplome que se produjo durante la crisis. En 2010, 2011 y 2012 hubo caídas por encima del 10%. Desde 2014, el sector vuelve a estar en cifras positivas, pero todavía continúa en niveles anteriores a la crisis.

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Y la buena marcha no se traduce en más puestos de trabajo. Por segundo año, la construcción destruyó empleo en la comunidad. Lo hizo en 2016 y lo repitió en 2017. En estos dos ejercicios han desaparecido casi 10.000 puestos de trabajo al caer el número de ocupados hasta los 65.700. Es la segunda cifra más baja de la última década. Solo les superan los 65.300 que había a finales de 2014.

El sector del ladrillo en Galicia llegó a dar trabajo a 152.000 personas en los tiempos álgidos del boom inmobiliario. Era finales de 2007 cuando la burbuja estaba a punto de reventar. A partir de ese momento, llegó la crisis y se llevó por delante más de la mitad de los puestos de trabajo.

Entre 2000 y 2007, el empleo en la construcción creció a una tasa media del 4,1% en Galicia. A partir de 2008 se produjeron abruptos descensos hasta 2014. La caída media anual en esos años fue del 10,6%.

Durante 2014 y 2015, la construcción en Galicia volvió a necesitar mano de obra y los contratados aumentaron hasta los 75.300. Pero fue un espejismo. A partir de ese momento, el número de ocupados no ha parado de caer y aún no ha encontrado su punto más bajo.

El resto de variables que sirven para medir la salud del sector son positivas. Además de llevar tres años de crecimiento, su peso en el PIB gallego se mantiene y las transacciones inmobiliarias también aumentan.

Las buenas cifras de los últimos años han permitido que el peso de la construcción dentro del PIB gallego siga en el 6%. Sin embargo, y al igual que sucede con el crecimiento del sector, su peso en el PIB de la comunidad también se encuentra lejos de la época de bonanza y es casi la mitad del 11,1% que representaba en 2008. Además del crecimiento del sector y del PIB, otra de las variables que está funcionando son las transacciones inmobiliarias. En 2017 aumentaron un 12,6%, el doble que un año antes. Sin embargo, es la vivienda usada la que tira de este apartado. Esta creció por cuarto ejercicio y lo hizo un 17%, mientras que la nueva bajó por tercer año consecutivo (un 13%).