La mecha vuelve a prender en el monte gallego. El buen tiempo en el arranque del mes de mayo, con cientos de permisos de quemas de rastrojos autorizados y el consiguiente riesgo de algún escape, dejó los primeros incendios de la temporada. Por ahora, solo la provincia de A Coruña se salva de las llamas. Los tres fuegos declarados en las últimas horas en la comunidad arrasaron más de 120 hectáreas, la mitad de monte arbolado. Los dos primeros comenzaron la tarde del lunes en la localidad pontevedresa de Vila de Cruces y en el municipio lucense de Guntín; y ya fueron extinguidos tras quemar entre ambos una superficie de casi 80 hectáreas. Ayer se declaró otro incendio con varios focos en San Xoán de Río (Ourense) que redujeron a cenizas 45 hectáreas -24 de arbolado y 21 de monte raso-, según informó a primera hora de la tarde de ayer la Consellería do Medio Rural tras dar por controlado el fuego.

Durante su intervención en el acto de toma de posesión de Fernando Pico López como nuevo comisario jefe del Cuerpo Nacional de Policía adscrita a Galicia, el presidentes de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, apeló a "la mayor coordinación, la mayor vocación y el mayor compromiso con la detección, con el seguimiento para poner a disposición judicial a los incendiarios". "Lo primero que tenemos es que comprometernos como sociedad para identificar y denunciar cualquier actuación sospechosa", reclamó Feijóo.

Con el aviso de las primeras llamas detectadas poco antes de las cuatro de la tarde de este lunes en la parroquia de Ferreira de Pallares (Guntín), los equipos de extinción se pusieron en marcha con la mente puesta en la ola de incendios que el pasado mes de octubre devoró casi 50.000 hectáreas. El trabajo de cuatro agentes, diez brigadas, cinco motobombas y dos helicópteros permitió que el fuego quedase extinguido minutos antes de las once de la noche. La superficie afectada, según las primeras estimaciones, rondan las 50 hectáreas -12 de monte arbolado y las 37,4 restantes de raso-, según datos de Medio Rural.

Pasadas las seis y media de la tarde del lunes se declaraba otro incendio en la parroquia de Toiriz, en el municipio pontevedrés de Vila de Cruces. Las llamas, que quedaron sofocadas cerca de las dos de la madrugada de ayer, calcinaron 30 hectáreas, todas de arbolado. Para su extinción fueron movilizados ocho agentes, 15 brigadas, seis motobombas, una pala y cuatro helicópteros.

La alarma volvió a saltar ayer en los montes gallegos tras iniciarse un nuevo incendio sin control con varios focos en San Xoán de Río Ourense. El fuego comenzó poco después de las 13.30 horas en la parroquia de Seoane de Argas. Cerca de las cuatro de la tarde ya había sido estabilizado. La superficie afectada alcanza las 45 hectáreas, 24 de ellas de arbolado. En su extinción, participaron tres agentes, 11 brigadas, cuatro motobombas y tres helicópteros.