Tras casi siete años como fiscal de Seguridad Vial en Galicia, Carlos Gil sitúa el consumo de alcohol en la conducción como la gran asignatura pendiente. Lamenta que aún haya tolerancia social con quienes se ponen al volante tras haberse tomado una copa de vino o un chupito y advierte de que "la única manera de corregir" la multirreincidencia por alcoholemia es obligando a esos delincuentes viarios a rehabilitarse.

-Pese a la reforma penal y al endurecimiento de las multas no se logra rehabilitar a los llamados conductores de riesgo. ¿En qué falla el Código Penal y el actual catálogo de sanciones?

-El Código Penal es una medida represiva que establece unas normas de comportamiento. No busca la rehabilitación. A pesar de que desde 2015 se han dado grandes posibilidades al juez, hay una especie de cajón de sastre en el artículo 80 por el que se puede obligar a una persona a cumplir determinadas medidas educativas y de tratamiento, no bajo la amenaza sino bajo el pretexto de que se suspende la pena de prisión mientras se vaya cumpliendo eso. Establece estas medidas siempre que se cumplan dos condiciones: que la acepte el delincuente y que no sea contraria a su honor. Pero esto no se está haciendo.

-Para tratar de garantizar la rehabilitación del delincuente viario impulsó a finales del año pasado la creación de equipos criminólogos para ajustar la pena al perfil del infractor. ¿Cuántos informes elaboraron ya?

-El lunes se presenta el séptimo. En esos informes se imponen medidas que hasta ahora no se aplicaban. En Vigo, por ejemplo, a un delincuente viairo sin carné que era analfabeto se le propuso aprender a leer y a escribir porque se dedica a recoger chatarra y si no sabe leer ni escribir nunca podrá obtener el carné.

-¿Las medidas reeducadoras están enfocadas para el reincidente viario o también para los usuarios que no acumulen varias infracciones penales al volante?

-El proyecto de informes es para multirreincidentes. Normalmente si no es una persona abocada al delito simplemente con la llamada de atención que le supone de la primera condena, la privación del carné por un año, la pena de multa o los trabajos en beneficio de la comunidad ya son suficientes para rectificar su conducta. Si en 2016 se dictaron más de 7.000 sentencias condenatorias en Galicia, solo entre el 2% y el 3% eran multirreincidentes.

-Diez años después de la reforma del Código Penal, ¿qué conductas se resisten más?

-El 94% de las condenas en delitos de seguridad vial son por alcohol y drogas y conducción sin permiso. Si se lograra reducir estos delitos, bajaría tremendamente.

-¿Por qué cuesta tanto erradicar los consumos al volante?

-Hay cierta tolerancia social hacia el consumo del alcohol en la conducción. Todavía hay muchas personas a las que les resulta una broma y no tiene grandes consecuencias. Cuando uno ha consumido y no llega a los límites penales, paga la multa administrativa y resta puntos pero no se le priva del derecho a conducir. El consumo de alcohol está socialmente muy implantando en Galicia; en el resto de España, también. Ahora bien, en los últimos años se ha mejorado mucho. Me acuerdo de parar a comer en restaurantes de camioneros y se veía el vino y el chupito. Hoy ya muchos profesionales no beben en la comida y aplican el criterio cero. Quienes beben y conducen, piensan que no les van a pillar; por eso es tan importante la labor vigilancia y el control. Lo importante no es pensar que te va a caer una multa y prisión, sino saber que si la haces te van a pillar y no podrás escaparte.

-¿Es partidario de la tasa cero de alcohol al volante?

-Dentro de nuestra área cultural hay de todo: países que tienen tasa cero y otros más elevada que la nuestra. Lo que sí puedo decir es que cuando ocurre un accidente grave y ha influido el alcohol, siempre es con una tasa superior a la permitida.

-Si las penas no surten efecto, ¿qué vías quedan para erradicar estas conductas?

-En los delitos de la alcoholemia tenemos muchos casos que obedecen a una dependencia. Ahí solo cabe tratamiento. Hasta ahora esto no se ha hecho y no se ponen trabajos relacionados con el tratamiento. La única manera es obligarles a rehabilitarse.

-Fiscalía y Guardia Civil apuestan por el decomiso del vehículo para los reincidentes. ¿Se ha extendido esta condena?

-Se pone con bastante frecuencia. Cada vez se pide más para reincidentes y también para evitar condenas de prisión. El vehículo es el instrumento del delito, es una manera de impedir que delinca.