La Armada Española está a la vanguardia mundial en buques de guerra. El LHD Juan Carlos I es el mayor barco que ha tenido en toda su historia, capaz de proyectar un batallón formado por 850 hombres con sus vehículos de combate y apoyo asociados. A su mando está el gallego José Lago Ochoa, que cederá el puesto el próximo mes de junio tras cumplir dos años en el cargo. Entre sus múltiples vivencias en sus casi treinta años en las Fuerzas Armadas, Ochoa destaca la de ser compañero de promoción del rey Felipe VI, con quien que forjó una fuerte amistad.

-¿Cómo fueron sus inicios en la Escuela Naval?

-Ilusionantes. Enseguida me adapté al régimen de vida que teníamos y disfruté de todas y cada una de las actividades que realizábamos, desde la instrucción militar y marinera a las de formación técnica. En la Escuela Naval se recibe una formación integral, con especial hincapié en los valores militares que deben caracterizar a todo oficial de la Armada: disciplina, lealtad, compañerismo, dedicación al servicio, espíritu de sacrificio, capacidad de adaptación? Y si los inicios fueron ilusionantes, los 30 años posteriores han sido apasionantes, llenos de retos, responsabilidades y muchas satisfacciones profesionales.

-Da la casualidad que usted compartió promoción con Felipe VI. ¿Cómo le recuerda?

-Efectivamente, mi promoción tiene el privilegio de haber tenido como compañero a nuestro Rey, entonces Príncipe de Asturias, quien se incorporó a la Escuela Naval en el tercer curso y realizó con nosotros el periodo de instrucción a bordo del Juan Sebastián Elcano. Fue algo que nos marcó para siempre y a él le recuerdo disfrutando mucho de aquella etapa, especialmente el embarque en el Elcano. De todos es conocida su pasión por la mar y en aquel momento pudo disfrutarla de verdad.

-¿Le imponía compartir clases con el entonces el Príncipe de Asturias?

-Por supuesto. A pesar de que él insistía en que era uno más entre nosotros y no disfrutaba de ningún tipo de privilegio, todos éramos conscientes de su condición y de que algún día se convertiría en el Rey de España. No obstante, la convivencia fue muy estrecha y en la promoción se forjaron verdaderos lazos de camaradería y amistad, que son compatibles con el respeto debido.

-¿Cómo se llega a ser comandante del buque Juan Carlos I ?

-Es el resultado del desempeño profesional a lo largo de más de 30 años de carrera. La Armada lleva a cabo un proceso continuo de evaluación de su personal, con un foco especial en los momentos de clasificación para ascenso y, especialmente, en la asignación de mando de buques, que es la mayor aspiración de cualquier oficial de la Armada por todo lo que conlleva ser comandante de un buque de guerra.

-¿Qué supone estar al frente del mayor buque de la Armada?

-Un enorme privilegio y una gran responsabilidad. Si ya lo es el mando de cualquier buque de la Armada, el del Juan Carlos I mucho más por todo lo que representa. Este es, con diferencia, el más apasionante de todos los destinos que he tenido hasta ahora.

-¿Qué diferencia a este portaaeronaves del resto de buques españoles?

-El Juan Carlos I es el mayor buque de guerra jamás construido en España y también el mayor que la Armada ha tenido nunca en servicio. Es un navío singular que combina las capacidades de un portaaeronaves con las de un buque de asalto anfibio. Podemos decir que es mejor portaaviones que su antecesor, el Príncipe de Asturias, y al mismo tiempo el mejor buque de asalto anfibio que nunca hemos tenido, capaz de proyectar a todo un Batallón Reforzado de nuestra Infantería de Marina, es decir, unos 850 hombres con sus vehículos de combate y apoyo asociados. Es importante destacar que es el producto estrella de la industria de defensa nacional y la prueba de que es realmente bueno es que ha sido adquirido por países como Australia y Turquía.

-¿Cuál es su futuro dentro de la Armada?

-El mando del Juan Carlos I tiene una duración establecida de dos años. Asumí esta responsabilidad en junio de 2016 y está previsto que lo entregue a finales del próximo mes de junio. A partir de ahí, mi disponibilidad es absoluta.

-¿Han tenido que intervenir en alguna operación compleja?

-El Juan Carlos I es un buque relativamente moderno, que entró en servicio hace solo siete años y de momento no ha tenido oportunidad de participar en ninguna operación. Lo que hemos hecho a lo largo de estos años ha sido prepararlo, desarrollar todas sus capacidades anfibias y aeronavales, y adiestrar a su dotación para que el buque pueda cumplir cualquier cometido que se le asigne. En los casi dos años que llevo al mando hemos realizado varios ejercicios nacionales e internacionales de nivel avanzado en los que hemos demostrado las excelentes capacidades de este buque y el alto nivel de adiestramiento de nuestras dotaciones, pilotos e infantes de marina. Estamos preparados para afrontar cualquier misión que se nos asigne.

-¿Siente morriña cuando se tiene que ir varios meses de la ciudad por trabajo?

-Desde luego, sobre todo cuando estuve destinado en el extranjero. Vigo es mi ciudad desde hace más de 30 años. Ahí conocí a mi esposa, nació nuestro hijo y aquí mantenemos nuestra casa. Mi profesión me ha exigido siempre una alta movilidad geográfica, pero aprovecho cualquier oportunidad para pasar unos días y apreciar cómo progresa.