El pago del alquiler o los préstamos hipotecarios si la vivienda es en propiedad, los recibos de agua y de luz, el seguro de hogar, la cuota de la comunidad y otros de mantenimiento y reparaciones... Son solo algunos de los gastos en vivienda a los que tienen que hacer frente los ciudadanos. Un 6% de la población gallega gasta en vivienda, al menos, el 40% de la renta disponible en el hogar, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). El gasto en vivienda supone una carga casi inasumible para el 10% o más de la población en ocho de las quince comunidades autónomas, sobre todo en Madrid, Canarias, Baleares, Cataluña, y Castilla-La Mancha, ya que destinan a este apartado al menos el 40% de sus ingresos. Esto supone dificultades para acceder a una vivienda digna tanto en régimen de propiedad como de alquiler, en un momento en que la oferta de vivienda de protección oficial también se ha recortado, y existe una demanda potencial en este ámbito de 1,5 millones de hogares, aunque solo hay unos 400.000 demandantes registrados. Es decir, mientras se encarece, se produce un retroceso en vivienda pública "sin precedentes".

Las dificultades para mantener una vivienda se han incrementado desde el inicio de la crisis. Mientras en 2007 había un 8,3% de los hogares españoles que tenía gastos en este ámbito del 40% o más de sus ingresos, en 2016 el porcentaje se elevó al 9,5%.