Los músicos que hasta ahora amenizaban las noches y también la sesión vermú de muchos negocios de hostelería se tendrán que quedar en la calle. Y de forma literal, porque la nueva Ley de Espectáculos Públicos de GaliciaLey de Espectáculos Públicos de Galicia que entra en vigor el 1 de julio aunque permite a los concellos conceder permisos para conciertos en la calle o en terrazas prohibirá las actuaciones en directo en locales cerrados que no cuenten con licencia de salas de concierto. Solo se autorizará la música enlatada en bares, restaurantes, pubs o discotecas, con independencia de que el nivel de ruido sea similar al de muchas actuaciones en vivo.

De los 2.000 locales de hostelería en Galicia en torno a un 10% -unos 200- se dedican casi en exclusiva a este público melómano con una oferta musical casi diaria. Por eso, como advierte César Ballesteros, miembro de la junta directiva del Clúster Turismo de Galicia y presidente de la Federación de Hostelería de la provincia de Pontevedra, estas empresas o bien "cerrarán" o tendrán que reinventarse para poder continuar.

Pero la norma autonómica no solo afectará a este grupo sino al 70% de los locales de hostelería -unos 1.400- de la comunidad, ya que algún día por semana o de forma más "esporádica" contratan algún concierto. Destaca que si se programan estos eventos es porque los usuarios lo demandan hasta el punto de que en cada jornada de concierto, la afluencia se triplica, lo que supone perder con la nueva ley hasta dos tercios de clientela.

No solo se trata de una cuestión de facturación porque con estas actividades se "genera ambiente" y se ofrece al público una alternativa "diferente y de calidad" que además permite "desestacionalizar" el sector. Muchos de los artistas actúan "por el amor al arte" y pone como ejemplo Con la Venia, un grupo abogados, médicos y profesores aficionados a la música que desde hace varias décadas muestran su talento una vez a la semana en los bares de la noche viguesa.

El sector considera que la nueva ley es "un paso atrás" y supone "actuar por la vía fácil al restringir por restringir" porque para salvaguardar la convivencia vecinal -alegan- "sería tan sencillo como exigir que se acondicionasen los locales con una correcta insonorización que no depende de si la música es en directo o de ambiente". "Seguramente haya más ruido con unos altavoces que en muchos conciertos, por ejemplo, de jazz o blues", destaca Ballesteros.

Damnificados

Más aún que la hostelería, los grandes damnificados serán los músicos. En esta línea, Ballesteros destaca que los efectos de la norma aunque "no se notarán de repente", a medio plazo no habrá grupos musicales de éxito cuyo origen esté en estas actuaciones que les sirven "de ensayo" y para "curtirse" sobre el escenario. "Aunque no son eventos multitudinarios muchos grupos tenían su público que los seguía a las actuaciones", destaca Ballesteros, quien añade que con esta normativa también se pierde identidad cultural, ya que muchos de los grupos eran de folklore gallego. "Esas cosas nadie las tiene en cuenta cuando se redactan las legislaciones", insiste.

El representante de los hosteleros apunta que los empresarios aún no son conscientes de esta ley que deja al sector "sin música". En este sentido, explica que en el mundo de la hostelería "se vive y se trabaja al día" con poco margen para "estar pendiente de todos los cambios normativos que se producen tanto en este caso, en el de las terrazas y muchos otros". Por eso, cree que "poco se va a poder hacer" para parar la aprobación de la ley autonómica porque se actuará a posteriori "cuando aparezca la policía a suspender alguna actuación o cuando se empiecen a recibir sanciones". "Pero ya será tarde para proponer modificaciones porque la normativa ya estará aprobada", lamenta Ballesteros.