El alcohol o las drogas están detrás de un tercio de los accidentes mortales ocurridos en las carreteras gallegas. Ni las continuas campañas ni el aumento de las multas e incluso la amenaza de prisión parecen surtir efecto entre los conductores que se ponen al volante tras haberse tomado una copa de más o consumir cannabis o cocaína, entre otras sustancias. ¿Los efectos? Visión doble, menor campo visual, ralentización de los reflejos, alucinaciones o euforia. Para tratar de reducir las negras estadísticas sobre los usuarios fallecidos o heridos por una conducción bajo los efectos del alcohol o las drogas, la DGT puso en marcha la semana pasada una campaña de vigilancia con casi 21.000 pruebas realizas en las carreteras gallegas. En solo siete días, las patrullas de la Agrupación de la Guardia Civil interceptaron en la red viaria de la comunidad un total de 260 conductores en estado ebrio -casi 40 cada día- y 176 bajo los efectos de alguna sustancia psicotrópica -25 al día-, según el balance facilitado por el Sector de Tráfico de Galicia.

El dispositivo especial de la semana pasada se resume en un aumento de los controles respecto a los realizados el año pasado (un 11,4% más que en junio de 2017), que arrojan una tasa más alta en el consumo de alcohol (1,27% en esta campaña frente al 1,11% de hace un año pasado) y más baja en los positivos por drogas (32% la semana pasada frente al 64,5% del operativo anterior).

Estos datos mantienen en rojo a Galicia en el mapa de la DGT, ya que durante los últimos años se ha convertido en la segunda comunidad que suma más positivos por consumo de alcohol al volante, solo superada por Andalucía, y la tercera por drogas, por detrás de Andalucía y Comunidad Valenciana.

Las estadísticas revelan que el alcohol y/o las drogas son un factor concurrente o determinante en más del 30% de los accidentes de tráfico mortales. Su presencia en la conducción multiplica entre dos y quince veces el riesgo de sufrir un accidente, además de provocar lesiones de mayor gravedad.

En todo tipo de carreteras y a cualquier hora del día, las patrullas de la Agrupación de la Guardia Civil de Tráfico se movilizaron para evitar el nefasto binomio que suponen el alcohol y/o las drogas con la conducción. En siete días realizaron un total de 20.347 pruebas de alcohol, de las que 260 arrojaron un resultado positivo (1,27% del total de conductores controlados).

Pontevedra y A Coruña son, por este orden, las provincias gallegas que registran una mayor tolerancia del consumo al volante. Un total de 104 conductores interceptados bajo los efectos del alcohol en una semana en las carreteras pontevedresas (1,81% del total de sometidos a la prueba) y 75, en las vías coruñesas (1,29% de los controlados). En el caso de Ourense fueron 41 los interceptados en estado ebrio (1,21%) y en Lugo, 40 -la provincia con la tasa más baja de toda la comunidad, con apenas el 0,1%-.

Los narcotest se realizan cuando los agentes observen síntomas de que el conductor ha podido consumir drogas (temblores o inquietud). De las 547 pruebas de este tipo realizadas durante la campaña de la semana pasada en las carreteras gallegas, 176 revelaron consumo de sustancias ilegales, lo que supone un 32% del total de los controlados. En cifras absolutas, Pontevedra acumula el mayor número de denuncias por consumo de drogas (89), aunque registra la tasa más baja de la comunidad (19% de los controlados en la provincia). El índice más alto lo protagonizan los conductores de Lugo (31,66%) y Ourense (24,3%). En A Coruña se abrieron 50 expedientes sancionadores por drogas (24% de positivos).