La presión vecinal logró hace tres años que la Xunta frenara un proyecto para extraer oro en Corcoesto, en el concello de Cabana de Bergantiños. Y ahora la batalla la dan en los concellos de Touro y O Pino, donde se quiere reactivar una megamina de extracción de cobre. Colectivos de agricultores y mariscadores se oponen al proyecto porque, según denuncian, generaría graves efectos contaminantes sobre la cuenca del Ulla que terminaría por afectar a los bancos marisqueros de la Ría de Arousa.

Agrupados en una plataforma lograron reunir hace solo una semana a miles de personas en una manifestación en Santiago en contra de esta mina que, según advierten, generaría "una nube de polvo de metales pesados que se extendería 15 kilómetros y llegaría hasta la capital compostelana", mientras que los vertidos contaminantes de la cuenca del río serían unos 3.000 millones de litros, que tardarían medio día en llegar a los bancos marisqueros de Arousa.

La firma Cobre San Rafael, que es la que está detrás del proyecto, cree que la plataforma contra la mina de Touro está generando "una alarma injustificada" con argumentos "sin base técnica". Y defienden que la explotación cuenta con "garantías" de control y seguridad para la "no afección a las aguas y al medio natural".

El proyecto de reactivar esta vieja mina de cobre a cielo abierto está pendiente de los informes medioambientales de la Xunta. El Gobierno gallego insiste en que la aprobación de esta iniciativa depende "de que se cumplan todas las garantías urbanísticas, medioambientales y técnicas".