Nada más ganar la moción de censura, el nuevo presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, aseguró que iba a respetar los presupuestos que heredaba del PP. Este compromiso garantizaba las inversiones en el AVE gallego, para el que hay asignados 660 millones de euros este año. El ministro de Fomento, José Luis Ábalos, ha confirmado que su departamento seguirá con la planificación del PP y que no alterará el capítulo de gasto, pero ha anunciado que realizará una auditoría para comprobar que los plazos sobre el AVE son realistas, ya que entienden que algunos se han dado "para quedar bien". El calendario del tren de alta velocidad de Galicia tiene todas las papeletas para que se someta a revisión. La conclusión de las obras está prevista para finales de 2019, para que al año siguiente pueda entrar en servicio la explotación de la línea con Madrid.

El ministro no dio detalles de qué líneas se someterán a control. Tan solo, en una entrevista al diario El País, indicó que se mantendrían las inversiones y los contratos heredados del Gobierno de Mariano Rajoy sobre el AVE y que encargaría una "auditoría de plazos" para verificar que el cronograma de las obras y las puestas en servicio se corresponden con la realidad. "La voluntad es no paralizar ni demorar nada", aseguró José Luis Ábalos.

No obstante, matizó que lo que tendrá que revisar son los plazos de los nuevos trenes de cercanías y las líneas del AVE. El Gobierno ha asignado 937 millones de Galicia en sus presupuestos de este año y ha reservado, junto con los fondos destinados a Castilla y León, 660 millones para las obras del AVE entre Galicia y Madrid (406 millones de euros para Ourense, 236 millones para Zamora y 20 millones para Valladolid). El plazo de conclusión es el tercer trimestre de 2019, para luego iniciar la fase de pruebas y arrancar la explotación comercial en una fecha indeterminada de 2020. El AVE, en todo caso, entraría en funcionamiento aprovechando los 17 kilómetros de la vía actual entre Taboadela y Ourense, ya que esta variante está todavía sin licitar.

El experto en ferrocarril e Ingeniero Técnico de Obras Públicas Xosé Carlos Fernández Díaz sostiene que el AVE gallego será uno de los que tiene que revisarse su calendario dado el retraso que acumulan las obras en cuatro o cinco viaductos. "Sería muy complicado acabar las obras en 2019. Antes de 2021 no se podrá circular por la línea, a pesar de que se están empleando a fondo en los trabajos", considera. Los túneles, que también dieron sus problemas, no serán obstáculo para terminar las obras el próximo año, según el experto. El nuevo calendario supondrá, a su juicio, una demora de un año. "Además, el nuevo ministro no querrá pillarse los dedos y le echará la culpa al anterior ministro, como han hecho todos en las sucesivas revisiones de plazos", destaca.

Peaje en la AP-9 hasta 2048

Cruzar Galicia por la AP-9 seguirá exigiendo rascarse el bolsillo, pese al plan del nuevo Ministerio de Fomento para eliminar los peajes en varias autopistas españolas. El proyecto solo afecta a las vías de pago cuyas concesiones van a vencer en los próximos meses -casi todas en el Mediterráneo-, mientras que la de la carretera que atraviesa la comunidad tiene 2048 como fecha de caducidad. Desde que se firmó el decreto de concesión de la AP-9, el plazo ha sido prorrogado hasta en tres ocasiones.

El nuevo titular de Fomento, José Luis Ábalos, anunció en El País que su plan afecta a tres autopistas (AP-1 entre Burgos y Armiñón, AP-7 entre Alicante y Tarragona y AP-4 entre Sevilla y Cádiz) cuyas concesiones vencen en 2018 y 2019. Además, se crea un precedente para las autopistas que vencen en 2021 (AP-2 entre Zaragoza y el Mediterráneo y los tramos de la AP-7 Tarragona-La Jonquera y Montmeló-El Papiol, con 479 kilómetros en su conjunto).