"Yo pensaba que se iba a marchar, pero mejor así". Esta frase de un diputado en las Cortes que forma parte de la junta directiva del PP gallego tras el discurso de Feijóo en el que anunció que no emprendería el viaje a la política madrileñaFeijóo resumía el ambiente que se respiraba en el jardín del hotel compostelano en el que el presidente de la Xunta y líder popular escenificó su decisión.

No fue el único gesto que evidenciaba el horror vacui en las filas populares de perder a su referente en un momento de máximo desgaste de sus siglas y a once meses de las elecciones municipales. La portavoz del PP vigués, Elena Muñoz, también se fundió en un intenso abrazo con personal de confianza de Feijóo.

"Menos mal", pronunciaba otro diputado en el corrillo posterior al discurso de Feijóo, que, de nuevo, se prestó a selfies y abrazos de sus compañeros de partido, algunos de los cuales esperaron pacientemente su turno.

"Fue una decisión muy difícil. Hubo muchas llamadas de toda España", reconocían algunos colaboradores de Feijóo, que siempre ha mostrado hermetismo en sus decisiones, transmitiéndoselas a un escasísimo círculo de personas. Ayer evidenció el éxito de su modus operandi y no hubo filtración alguna de la decisión.

Además del componente político, entre las filas populares se señalaba el cambio de vida del jefe, como lo llaman algunos. En enero del año pasado, nació su primer hijo, Alberto, elemento que, añadían voces del PP, constituyó una razón de gran peso a la hora de decidir el cambio de vida que suponía mudarse a Madrid.

El discurso oficial fue plasmado por el presidente del PP ourensano, José Manuel Baltar, al declarar, antes de conocerse la decisión, que dijese lo que dijese Feijóo acertaría. Entre los asistentes a la junta directiva, existía el runrún de que el albertismo expiraba para trasladarse a la madrileña calle Génova, lo que abriría un boquete enorme en Galicia. "Es un alivio", comentaba un dirigente, en alusión al debate sucesorio que generaría la salida del líder, añadiendo una molestia por los movimientos detectados ante esa posibilidad.

Si las caras eran tensas al llegar al hotel compostelano en el que Feijóo ya había aliviado a los suyos hace dos años al anunciar que se presentaría por tercera vez como candidato a presidir la Xunta, tras sus palabras las sonrisas eran la nota predominante tanto en miembros de su equipo, el vicepresidente Alfonso Rueda o los conselleiros Francisco Conde, Beatriz Mato o Valeriano Martínez, como en los miembros menos conocidos de la dirección, entre los que incluso se escucharon críticas a algún aspirante al puesto de Rajoy como Pablo Casado.

"Mucho mejor así" fue la frase que resumió el suspiro de alivio colectivo del PP gallego.