Algunas industrias, las centrales termoeléctricas de carbón, el tráfico marítimo y el rodado en las grandes ciudades son las principales fuentes de contaminación de Galicia. Toda la población gallega está expuesta a niveles de contaminación del aire perjudiciales para la salud según la Organización Mundial de Salud (OMS). Así lo recoge el informe La calidad del aire en el Estado Español durante 2017 de la ONG Ecologistas en Acción, en el que se analizan los datos de 800 estaciones oficiales de medición, incluyendo por primera vez los puertos estatales.

El estudio analiza la presencia de cada uno de los principales contaminantes por comunidades. En el caso de Galicia las más habituales fueron las partículas en suspensión (PM), seguidas del dióxido de azufre y el ozono troposférico. Las ciudades de A Coruña, Santiago y Vigo, al igual que en 2016, superaron tanto los valores medios anuales como diarios de PM recomendados por la OMS, pero el año pasado se le unieron Ourense y Pontevedra. Pero esta situación se extiende de estos focos al resto de la geografía gallega afectando a zonas rurales, sobre todo del sur de la comunidad. Los peores datos en 2017 se registraron en la estación de la Torre de Hércules, con 47 superaciones del límite diario cuando solo se permiten 35. También se dieron incumplimientos destacables en las estaciones coruñesas de Riazor, San Diego, Santa Margarita y A Grela, así como en otra en Arteixo y en el resto de las siete ciudades gallegas.

La comunidad tampoco respeta los límites legales en cuanto a la calidad del aire en las centrales térmicas. La de As Pontes es, de hecho, la instalación de este tipo más contaminante de toda España, mientras que la de Meirama ocupa el décimo puesto a nivel nacional.

En cuanto al dióxido de azufre se rebasó el umbral permitido en cuatro de las siete estaciones coruñesas, junto con la de A Pastoriza, en Arteixo, por la influencia del área industrial y portuaria de Arteixo-Coruña, mientras que en las localidades lucenses de Sarria y Xove por las emisiones de las fábricas de Cementos Cosmos y de Alcoa San Cibrao respectivamente.

La ola de incendios del pasado octubre obligó a activar la alerta del Protocolo de actuación en sistemas excepcionales de contaminación atmosférica en Galicia por la elevada suspensión de partículas en el sur de la comunidad.

Por su parte, el ozono troposférico afectó sobre todo al sur de Galicia, ya que el 15 de octubre en la localidad de Noia se superó por primera vez el umbral de alerta de ozono en España desde 2012 y, según alertan desde Ecologistas en Acción, la Xunta incumplió su obligación de avisar a la población de que se protegiese. El colectivo también da otro tirón de orejas al Gobierno gallego al constatar que el Plan de Mejora de Calidad del Aire de A Coruña aprobado en 2011 "no ha tenido resultados prácticos, al mantenerse aún el año pasado ese incumplimiento".

En el conjunto de España, el 97% de la población está expuesta a contaminación, siete puntos más que el ejercicio anterior, una subida que achaca al cambio climático con temperaturas elevadas y una sequía prolongada el año pasado además del aumento del tráfico rodado y la quema de combustibles fósiles por la recuperación económica.