El Gobierno de Pedro Sánchez devolverá la tarjeta sanitaria a los inmigrantes sin papeles que residen en España, derogando la reforma del PP en 2012 que les vetó el acceso a la misma atención que el resto de ciudadanos, estableciendo como requisito tan solo el certificado de empadronamiento. Galicia, sin embargo, se saltó en parte esa norma y mantuvo con algunos condicionantes esa prestación, que en la actualidad perciben 8.239 extranjeros en situación irregular: 1.413 adultos, más de 6.600 menores y 131 embarazadas, según la Consellería de Sanidade.

Desde la puesta en marcha de aquel decreto en septiembre de 2012, la sanidad gallega atendió a 4.550 adultos, pues los niños y mujeres embarazadas mantuvieron el acceso a la sanidad universal. Un año después de su llegada a Moncloa, el Ejecutivo de Mariano Rajoy anunció una reforma con la alegó querer luchar contra el turismo sanitario de extranjeros que desembarcaban en España para operarse o ser tratados. Exigió para acceder a la tarjeta sanitaria tener residencia legal y que la fiscal estuviese también en España. Los "irregulares" solo accederían así a urgencias, servicios de maternidad y el citado cuidado de los niños, que es la asistencia básica asegurada a cualquier persona. El motivo, alegó el Gobierno, era embridar el déficit público.Galicia aprobó un sistema propio garantizando la tarjeta sanitaria a quienes no superasen los 532 euros mensuales.

Sanidade esperará a conocer los detalles de la propuesta el Gobierno en el Consejo Interterritorial el jueves para decidir cómo actuar.