Al mismo tiempo que se reduce el número de sacerdotes en Galicia también baja la afluencia de fieles a la misa dominical, sobre todo de jóvenes. Por lo tanto, el problema del relevo generacional afecta tanto al clero como en los laicos que se dedican a la celebración de la palabra en ausencia del presbítero. Por eso, en parroquias como la de Tamallancos tratan de atraer a los niños a participar en las lecturas o como monaguillos para que se impliquen y no se alejen de la vida religiosa una vez que hacen la Confirmación. "Hay que motivarles para que dejen de ver la misa como una cosa del pasado y de abuelas y se pueda mantener esta tradición religiosa en las futuras generaciones", destaca este vecino de Ourense involucrado con su parroquia al celebrar la palabra cuando el sacerdote no puede asistir para que sus vecinos no se queden sin misa los domingos.