La mitad de la superficie de Galicia tenía que estar ya desde el pasado mes de mayo bajo el zoom de 68 cámaras de alta definición que iban a integrar la red de vigilancia contra los incendios forestales de la comunidad. Pero el proceso está en stand by. Su instalación ni siquiera ha comenzado porque la Xunta ha tenido que repetir el proceso de adjudicación debido a las confusas condiciones recogidas en la licitación que llevaron a varias empresas a recurrir el proyecto tras ser descartadas inicialmente.

El nuevo contrato para el suministro y colocación de las cámaras todavía no se ha firmado. La Consellería do Medio Rural asegura que se hará en los próximos días, ya que la adjudicación se celebró el pasado día 15. Además, el plazo de ejecución es de dos meses y 15 días por lo que, de ajustarse al calendario establecido en los pliegos de condiciones del concurso, la red de vigilancia de los espacios forestales, diseñada para combatir los incendios, podría acabar de montarse superado el mes de agosto y cuando ya solo queda un mes de la temporada de alto riesgo.

No obstante, el departamento que dirige Ángeles Vázquez asegura que la empresa adjudicataria, Itelsis, se ha comprometido a instalar las cámaras "en el menor tiempo posible" con el objeto de intentar sacarles partido ya este verano.

La licitación, sacada en febrero, corrió a cargo del operador público Retegal. En una primera fase se pretendía la adquisición e instalación de las 68 cámaras que integrarán la red de vigilancia de incendios forestales con la previsión de que en mayo estuviera operativa una primera fase del sistema que "permitirá monitorizar el 48% del territorio gallego, incluyendo terrenos de las 73 parroquias de alta actividad incendiaria".

La nueva red se desplegaría aprovechando las infraestructuras de Retegal, que retransmite las señales de radio, telefonía y televisión por toda Galicia. Se iban a instalar dos cámaras en 34 antenas que facilitarán cobertura visual de 1,4 millones de hectáreas, casi la mitad del territorio gallego.

Los objetivos de los dispositivos serán la vigilancia remota 24 horas al día y servir de apoyo en la extinción de incendios, ya que el operativo permitirá geoposicionar el incendio y tener información visual en directo del mismo.

Al concurso, se presentaron un total de 9 empresas y la Xunta descartó 6 y prosiguió con el proceso de adjudicación. Pero dos de ellas reclamaron al Tribunal Administrativo de Contratación y este les dio la razón en mayo, al entender que las condiciones del concurso eran confusas y ambiguas, obligando a repetir la adjudicación incluyendo a las compañías descartadas. El contrato se adjudicó por más de medio millón de euros y la empresa ganadora se ha comprometido a aportar 20 cámaras adicionales.