Las dos grandes rivales en el proceso de primarias del PP nacional descolgaron el teléfono para pedirle su apoyo. Pero por el momento el presidente de la Xunta, uno de los candidatos que sonaba con fuerza para tomar las riendas el partido en Génova y que finalmente no se lanzó a la carrera sucesoria, guarda silencio en público sobre sus preferencias. Tras fotografiarse la semana pasada con Pablo Casado y ésta con el exministro José Manuel García Margallo, Alberto Núñez Feijóo posó ayer en A Coruña con la exvicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de SantamaríaA CoruñaSoraya Sáenz de Santamaría.

En una charla con afiliados en una abarrotada sede provincial del PP en A Coruña, Santamaría tiró de abanico para dar aire al que sonaba con fuerza en todas las quinielas como su gran rival y anunciar su aspiración de vencer esta batalla interna: "la teoría del abanico" de Feijóo. Una teoría que explicó abriendo el abanico y haciendo el gesto de recoger simpatías y votos de y un lado y otro. En resumen, "ampliar la base social" para conseguir "ganar elecciones" e incluso lograr el respaldo consolidado por Feijóo en Galicia, la única comunidad que gobierna con mayoría absoluta.

La exnúmero dos de Rajoy destacó la importancia de dar un paso al frente en la carrera sucesoria para que el centro derecha se identifique con el PP, "como siempre ha sido" al tiempo que reconoció al PP gallego "como ejemplo de lo que hay que hacer en política". "Me presentó porque tengo ganas de que el partido gane y porque creo que puedo ganar", proclamó durante el acto al que asistió acompañada por la exministra Fátima Báñez.

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Soraya Sáenz de Santamaría, en A Coruña

En el encuentro también estuvieron dirigentes del PP gallego, como el secretario xeral, Miguel Tellado; el presidente provincial, Diego Calvo, y la presidenta local en A Coruña y conselleira de Medio Ambiente, Beatriz Mato. Ante el previsible salto de Mato a la carrera en las próximas municipales como candidata en A Coruña, Santamaría manifestó su deseo de que ambas puedan conseguir sus metas políticas y una ser "alcaldesa" y la otra, "presidenta del Gobierno".

Un día después de conocerse que apenas el 8% del total de afiliados en España votarán al sucesor de Rajoy -en Galicia solo lo harán el 4%, el porcentaje más bajo de todo el territorioGalicia -, Santamaría y Feijóo defendieron la legitimidad del proceso pese a esta baja participación. Aunque el líder del PP gallego sí puso algún pero tras destacar que se trata de la primera vez que el PP poner en práctica este sistema: "Cuestión distinta, discutible e entendible es si los plazos fueron cortos o más estrictos o si el congreso se anunció con más o menos antelación".

La exnúmero dos del Ejecutivo de Rajoy se centró en cargar contra los partidos que, como Ciudadanos, cuestionan el proceso por esa baja participación. Así, Santamaría recordó a Albert Rivera que le votaron "5.900 personas" para liderar C's y no se pone "en cuestión su liderazgo". Por ello, la exvicepresidenta del Ejecutivo apeló al "respecto" para los afiliados y por quienes decidieron participar en el proceso.

Horas antes durante una visita a la ciudad de Lugo, Santamaría abría las puertas al "diálogo y al entendimiento" con el resto de candidaturas, incluida su gran rival, la exministra de Defensa Dolores de Cospedal.