El enorme agujero generado en la época del bipartito en Xestur, empresa pública dependiente de la Xunta que gestiona el suelo residencial y empresarial de la comunidad, sigue pasando factura a las arcas autonómicas a pesar de la reactivación económica. Las cuentas de la entidad correspondientes a 2017 arrojan de nuevo un balance negativo: 13,1 millones de pérdidas, un 27% más que en el ejercicio anterior. Y eso a pesar de que duplicó sus ingresos por la venta de parcelas pasando de 9,3 millones en 2016 a 23,1 millones el pasado año. Para obtener liquidez Xestur se ha visto obligada en los últimos años a vender suelo industrial a pérdidas, con bonificaciones de hasta el 50%. Pero no ha sido suficiente pasar abandonar los números rojos, puesto que cada anualidad debe hacer frente a las amortizaciones y los intereses de un préstamo financiero que suma 115,1 millones, al que se suman otros 56 millones de deuda con acreedores comerciales (más de 170 millones en total).

La entidad no solo está en números rojos sino que obliga al Instituto Galego de Vivenda e Solo a inyectarle fondos periódicamente para que pueda hacer frente al pago de las deudas.