Casi 9 millones de vehículos se desplazarán este verano por las carreteras gallegas. En vísperas del arranque de la operación salida, las autoridades de Tráfico en Galicia advertían de su preocupación por el elevado número de conductores que se ponen al volante tras haber consumido alcohol y/o drogas, una combinación nefasta con la conducción y que pese a las continuas campañas de la DGT para frenar estas conductas negligentes la comunidad gallega se mantiene como la segunda con más denuncias por conducir con una copa de más y la tercera con más positivos por drogas. Las autopsias practicadas a los fallecidos en la red viaria gallega sitúan el alcohol como una de las principales lacras de la accidentalidad. Casi el 30% de los conductores, peatones, ciclistas o motoristas muertos en 2017 en las carreteras de la comunidad habían consumido alcohol y/o drogas, según concluye el informe del Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga). Y de entre los positivos por alcohol, el 80% de los fallecidos el año pasado en siniestros viarios en la comunidad superaban con creces la tasa penal: por encima de 1,2 gramos por litro de alcohol en sangre. Algunos incluso quintuplicaron y septuplicaron la tasa permitida por ley.

Hasta un total de 89 de los 115 muertos el año pasado en todo tipo de vías de la comunidad fueron sometidos a examen de los forenses del Imelga -se descartaron los pasajeros y aquellas víctimas cuya muerte fue diferida y con un tratamiento médico-. Las autopistas realizadas a las víctimas revelan la presencia de alcohol o drogas en 25 casos, lo que supone el 28,08% de la muestra. La sustancia más frecuente detectada fue el alcohol como único tóxico (24 fallecidos) y en otros dos combinado con el consumo de drogas -en un caso con cocaína y en otro con cannabis-. Por consumo exclusivamente de drogas se registró un solo caso, concretamente de cannabis. Y la ingesta de psicofármacos estaba presente en otras siete víctimas (casi el 8% del total).

Tasas "altas"

En el caso del alcohol, el Imelga, organismo dependiente de la Consellería de Presidencia, Administracións Públicas e Xustiza, advierte de las "altas" tasas detectadas entre las víctimas. En tan solo tres de los 24 casos en los que se apreció su consumo, la cantidad fue inferior a la tasa permitida para los conductores profesionales (0,5 gr/l en sangre). Otras tres autopsias estaban por debajo de 1 gr/l de alcohol en sangre, pero en los 19 restantes (el 80% de las analíticas que revelaron consumo de alcohol) la tasa estaba por encima de 1,5 gr/l, cantidad superior incluso a la que establece el Código Penal para los delitos de alcoholemia (1,2 gr/l) castigados con penas de prisión de 3 a 6 meses y la retirada del carné de uno a cuatro años. Siete de ellos presentaron una tasa de entre 1,5 y 1,9 gr/l; otros siete se situaban entre 2 y 2,4 gr/l; otros tres entre 2,3 y 3 e incluso hubo una víctima que arrojó una tasa superior a 3.

Por provincias, A Coruña presenta el grueso de los positivos por alcohol, con un 35% de los casos -14 de los 40 analizados-. A la cabeza se coloca Lugo, con un índice de autopsias que revelaron consumos entre los implicados en accidentes mortales de casi el 40% -siete de los 18 casos estudiados-. Finalmente cierran la lista Ourense (25%) y Pontevedra (poco más del 5%).

El consumo de alcohol al volante no entiende de edades, tal y como refleja el informe del Imelga de 2017. La franja que va de los 40 a los 44 años concentra 6 positivos, el mismo número revelan las autopsias practicadas a los conductores, peatones, ciclistas o motoristas fallecidos de entre 60 y 69 años. Solo se detectó un caso en la franja de 75 a 79; al igual que entre los 55 y 59 años, los 35-39 y los 25-29. De 18 a 24 y de 30 a 34, en ambos grupos hubo tres positivos. Y con presencia de alcohol en la franja de 50 a 54, las pruebas evidenciaron consumos en dos víctimas.

El sexo, sin embargo, sí que marca diferencias en el estudio. Del grupo de mujeres fallecidas incluidas en el estudio, poco más del 8% arrojaron resultados positivos en el consumo de alcohol. En el caso de los hombres, el porcentaje se dispara al 33,3%.

Sobre el perfil del fallecido, el estudio del Imelga coloca a los conductores como las principales víctimas. Seis de cada diez fallecidos el año pasado en las carreteras gallegas estaban al volante o conducían una moto. Los peatones suponen casi el 26% de los muertos y los ocupantes casi el 13%.

En cuanto al tipo de siniestro, como en años anteriores es la salida de vía la principal modalidad de accidente mortal (casi 41%), seguida de los atropellos y la colisión entre vehículos, con cerca de un 28% y un 26%, respectivamente. "Los atropellos son una modalidad de accidente mortal de gran peso en la comunidad gallega", recoge el informe del Imelga. La edad media de los peatones fallecidos el año pasado supera los 75 años. Y de todas las víctimas más del 55% eran mujeres.

Por franjas de edad, de los 115 fallecidos en año pasado en accidentes viarios en Galicia 35 superaban los 70 años (el 30% del total), una cifra que se eleva hasta los 48 (casi el 42%) si se amplía hasta los 60 años. Menores de edad se registraron un total de 18 víctimas mortales.