Gobierno central y representantes de la diáspora cerraron esta semana en Madrid el Consejo de la Ciudadanía Española en el Exterior con una propuesta marcada en rojo en su agenda: la derogación del voto rogado para la emigración. Bastaron tres citas con las urnas en menos de un año para que PP y PSOE reconociesen ya en 2012 el fracaso de la reforma del voto exterior pactada por ambos partidos en Madrid hacía tan solo dos años, por la que se vetaba la participación de los emigrantes en las elecciones municipales y se les obligaba a solicitar la documentación electoral para poder votar en autonómicas y generales.

Ante el impulso a la reforma electoral que se ha propuesto dar el Ejecutivo de Sánchez, representantes gallegos confían en que el compromiso no quede -una vez más- en el cajón. "Es muy duro que el emigrante tenga que luchar contra el país donde nació para poder votar", lamenta José Antonio Alejandro González, integrante del Consejo de Residentes Españoles (CRE) de Venezual y miembro de la comisión permanente del Consejo de la Ciudadanía Española en el Exterior. "Sería una pérdida de tiempo y una burla a la emigración si los partidos no tomasen conciencia. No quiero pensar que solo sea una tema de posición", advierte Alejandro, ingeniero civil, hijo de emigrantes del concello ourensano de Ramirás.

-Con el Gobierno de Rajoy ya echó a andar una subcomisión en el Congreso para reformar el voto emigrante. ¿En qué fase se encuentra?

-Entiendo que han analizado propuestas y que se han reunido con supuestos expertos. En diciembre del pasado año solicitaron una prórroga de 6 meses. Lo cierto es que esto se ha alargado mucho y no están mostrando mucha voluntad. Desde el I pleno de este VII Mandato la Comisión Permanente del Consejo General de la Ciudadanía Española en el Exterior se ha solicitando que esta subcomisión nos reciba y escuche nuestro planteamiento. Pero esto no ha podido ser; los motivos, sólo los sabrán ellos. Estamos convencidos de que este es un esfuerzo de todos y si entre los partidos no hay conciencia de derogar el voto rogado, esto es una pérdida de tiempo y una burla hacia la emigración. No quiero pensar que esto solo sea un tema de oposición.

-¿Hacia dónde tiene que ir el voto emigrante: solo derogar del voto rogado o recuperar el derecho de sufragio en las municipales?

-Nuestra intención es que ambas cosas se lleven a cabo. Suprimir el voto rogado es algo muy necesario, es un acto de respeto hacia esa emigración que un día salió a buscar su futuro y producto de su esfuerzo lo logró. Es muy triste escuchar a un español que vive fuera de su tierra que lo consideran un español de segunda. Ya el acto de emigrar es un sinónimo de esfuerzo y trabajo, pero por encima que te toque luchar contra tu propio país que te vio nacer para que te deje votar, eso es aún más duro. Recuperar el voto en las municipales es también muy importante.

-La reforma vetó esta participación de la diáspora por su escasa o nula relación con el municipio de origen.

-Ese típico comentario quienes dicen que una persona no debe decidir su alcalde porque no vive allí, me parece un pensamiento muy superficial y básico. En muchas ocasiones ese emigrante contribuyó al desarrollo de esos ayuntamientos con lo que invirtió en él, producto de ese esfuerzo de emigrar. Para muchos de los ciudadanos españoles residentes en el exterior la posibilidad de votar en España es, en ocasiones, el único signo de la vinculación que mantenemos con nuestro país.

- ¿El voto rogado ha supuesto la supresión del derecho de sufragio de los emigrantes, a la vista de la caída en picado de la participación en autonómicas y generales?

-Por supuesto. Es un tema que afecta al sentimiento del emigrante. Un porcentaje importante ya no lo solicita por orgullo o indignación. En otras ocasiones sí lo hace, pero sobre todo en los países de América el correo funciona pésimo y en muchas oportunidades ya el candidato electo lleva gobernando 3 meses y te llegan las papeletas a la casa.

-¿Se debe ir también hacia el voto en urna y voto telemático?

-El voto en urna es lo mas sencillo y fiable a la vez. En todos los países donde existe emigración española funciona un consulado, una embajada y a la vez existen centros españoles donde sería el lugar idóneo para albergar estos comicios con la presencia de autoridades españolas.

-Margarita Herráiz aseguró en 2010 que el hecho de que los emigrantes tengan que pedir el voto no recorta derechos, sino que da garantías al proceso.

-No lo comparto. Seguro que no tiene ningún vínculo con la emigración. Solo sabe qué se siente cuando uno emigra. Es cuando esos sentimientos crecen día a día recordando la tierra que te vio nacer, añoras las costumbres, la comida, el recorrer tus calles... Hay muchas maneras de obtener las garantías sin convertir un derecho de un ciudadano, en un deporte extremo.

-¿Fue el Gobierno español flexible con la concesión de la nacionalidad y, por en contrario, demasiado duro con el voto emigrante?

-Flexible no lo creo. La intención era otorgar una nacionalidad a quien se considera que la merece y más en este caso por un tema de consanguinidad. En cambio sí se fue muy duro con el voto del emigrante, pero yo no relacionaría estos dos hechos.