A golpe de telefonillo se despertaron ayer algunos clientes de pisos turísticos en Galicia. A la entrada de la vivienda que contrataron para pasar unos días o semanas de descanso, inspectores de la Agencia Tributaria que rastrean las zonas turísticas para hacer aflorar arrendamientos en negro les requerían para rellenar un cuestionario. Bueu y Riveira fueron los primeros destinos seleccionados por Hacienda en la comunidad, según propietarios de viviendas vacacionales en ambas localidades.

"No creo que vayan a molestar a los clientes de un hotel a su habitación o a los comensales a un restaurante, ni tampoco a un paciente a la consulta de un médico", cuestiona Dulcinea Aguín, presidenta de la Asociación de Viviendas Turísticas en Galicia (Aviturga). Los huéspedes afectados, según relatan desde la entidad, llamaron "molestos" a los propietarios. "Lamentaban que tras haber viajado mucho por España era la primera vez que le había pasado esto", apunta Aguín. Y es que -advierte- con estos controles se da muy mala imagen a nivel de turismo. "Una cosa es que pregunten al propietario, otra que molesten al cliente", critica la presidenta de Aviturga, al tiempo que recuerda que la propia Agencia Tributaria tiene disponibles los datos requeridos a los inquilinos en las plataformas online donde se anuncian las viviendas turísticas y a las que este verano se les requerirá información por primera vez.

¿Quién es el propietario de la vivienda? ¿Por cuánto tiempo la alquiló? ¿Solo una o varias habitaciones? ¿Por cuánto? ¿El alquiler fue a través del propietario o de un portal de internet? Son algunas de las preguntas que tuvieron que contestar ayer los turistas alojados en viviendas de Bueu y Riveira.

Durante la campaña de control del año pasado en Galicia, los inspectores de la Agencia Tributaria peinaron más de una veintena de concellos y rastrearon más de un millar de pisos turísticos.