Si al poco tiempo de asumir la cartera de Fomento, José Luis Ábalos no quiso comprometerse a concluir a finales de 2019 las obras del AVE que enlazará Galicia con Madrid al argumentar que se habían anunciado plazos "para quedar bien" y que iba a auditar los calendarios heredados, ayer también llevó la incertidumbre a otra obra del AVE que tendría que estar completamente terminada y en servicio este año: el tramo entre Zamora y Pedralba de la Pradería, cuya entrada en funcionamiento permitirá reducir en media hora la duración de los viajes entre la comunidad gallega y la capital Española.

Pero el ministro aseguró que, "cuando menos, aún quedan meses" para poner en servicio la media docena de nuevos tramos de AVE anunciados por el anterior Gobierno para este año y que sumaban unos 1.000 kilómetros de nuevas vías, entre los que se encuentra precisamente la salida de Galicia, en el trecho Zamora-Pedralba. El resto de las conexiones que correrán la misma suerte son la llegada del AVE a Murcia, Granada y Burgos y el enlace subterráneo de las estaciones madrileñas de Chamartín y Atocha. José Luis Ábalos, que ayer compareció en la Comisión de Fomento del Congreso para presentar la hora de ruta de su departamento, indicó que estas líneas se iban a poner en servicio ya en el año 2015. "Y la realidad es que a día de hoy ninguno de estos tramos anunciados está en servicio y, cuando menos, aún quedan meses para su puesta en servicio", aseguró el ministro en su primera comparecencia en la Cámara.

Ábalos no habló de fechas concretas, pero dio a entender que aún falta tiempo, más allá del previsto en el último calendario oficial, para que esos tramos puedan incorporarse a la explotación comercial.

Fomento siempre dijo que este año entrarían en servicio los algo más de 110 kilómetros del tramo Zamora-Pedralba, una nueva línea que va a permitir la reducción en 30 minutos de los viajes entre Galicia y la capital de España.

"Creo que aquí se han generado inciertas expectativas a los ciudadanos", indicó. "Y eso por no entrar en el juego de palabras que siempre se plantea al confundir el final de obra con la puesta en servicio", añadió en referencia a las pruebas que es preciso realizar en una línea que termina de construirse antes de su puesta en servicio, un proceso que puede suponer meses. "La puesta en servicio de infraestructuras ferroviarias debe ser el resultado de su construcción, pero también de la puesta en marcha de los servicios necesarios y de compaginar todo ello en el indispensable marco de seguridad, un tema que nos preocupa especialmente", explicó.