No rotundo. La Xunta de GaliciaGalicia rechaza el nuevo modelo fiscal para gravar las herencias que se propone implantar el nuevo Gobierno de Sánchez: un tipo fijo para todas las comunidades con el objetivo de evitar la brecha tributaria entre los distintos territorios en el impuestos de Sucesiones y Donaciones. La reforma que quiere sacar adelante la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, supondría la eliminación de las exenciones fiscales en Galicia para legados de familiares directos que no superen los 400.000 eurosGalicia. Esta reforma fiscal de la Xunta, en vigor desde enero de 2016, ha permitido que en solo dos años se beneficiasen 161.000 contribuyentes al no tener que tributar al recibir una herencia por línea ascendente o descendente.

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, fue tajante a la hora de decir no a la implantación de un tipo común en todas las comunidades para el impuesto de Sucesiones. Defendió su autonomía fiscal y reclamó el derecho a mantener las rebajas de impuestos. "No le voy a decir a los gallegos que tienen que pagar un tributo que acaba ser suprimido", declaró ayer al término del Consello.

El titular del Ejecutivo defendió las competencias de las comunidades para diseñar su propia política fiscal, sobre todo aquellas que cumplen con la regla de gasto y el objetivo de déficit, como es el caso de Galicia, y rechazó injerencia alguna del Estado. "Tenemos derecho a tener autonomía fiscal y a no incrementar los impuestos", sentenció. Feijóo recordó que durante la crisis su Ejecutivo prometió que en cuanto pasase "la profunda tormenta" se bajaría la carga impositiva y que ese es un compromiso que pretende mantener después de alcanzar la mayor rebaja fiscal que supuso un ahorro en todos los conceptos de 150 millones de euros para los contribuyentes.

En el caso del Impuesto de Sucesiones y Donaciones, quedaron exentas el 99,6% de todas las herencias tramitadas entre los años 2016 y 2017. Un alcance que hizo caer la recaudación por este tributo en un 20%, al pasar de los 181 millones que ingresó Facenda por herencias en 2015 a los 149 millones de 2016 y a los 145 del ejercicio pasado. Y para este año, la tendencia seguirá a la baja, con una previsión que se queda en 125 millones, casi un 40% por debajo de la media de los cinco años anteriores a la reforma fiscal de la Xunta -casi 205 millones anuales-.

Feijóo advirtió ayer de que la "autonomía fiscal" de las comunidades cumplidoras "no puede ser invadida por decisiones del Gobierno central". "No nos oponemos con comunidades autónomas que no cumplen", puntualizó el jefe del Ejecutivo gallego, en referencia a que las administraciones autonómicas que se endeudan y sobrepasan los objetivos de déficit no pueden aprobar bajadas de impuestos. "Pero las comunidades que hacemos los deberes tenemos derecho a una autonomía fiscal, y mucho más a no incrementar los impuestos que hemos rebajado en los últimos años a través de esfuerzo y sacrificio sin haber pedido nada al Ejecutivo central", expuso el mandatario gallego tras la reunión del Consello.

Galicia estuvo durante años en la parte alta del ranking de comunidades con el Impuesto de Sucesiones más caro. De ser la sexta con mayor recaudación -batió su propio récord en 2014 con 250 millones-, se ha convertido tras la reforma fiscal en la cuarta que menos ingresa por este tributo, solo por detrás de Extremadura, Castilla-La Mancha y Murcia.